El Palacio de los Duques de Villahermosa, una joya renacentista ubicada en el municipio de Pedrola (Zaragoza), en un entorno de ensueño con más de 10 hectáreas de jardines italianos. A día de hoy, se ha convertido en el lugar predilecto para la celebración de bodas pero desde hace siglos ha sido una joya arquitectónica y un diseño interior de fantasía. Este emblemático edificio transpira historia y arte en cada rincón.

El palacio, que se remonta a la época de la poderosa familia Luna en los siglos finales de la Edad Media, se reconstruyó en el siglo XVI por los duques de Villahermosa, herederos de los Luna. La construcción actual, erigida sobre un antiguo edificio fortificado, fue obra de Martín de Gurrea y Aragón bajo el diseño de Alonso Felipe. En los albores del siglo XIX, el palacio fue objeto de una significativa reforma neoclásica.

Sus propietarios -los duques de Villahermosa– han sido una de las casas nobles más importantes no sólo de Aragón, sino de España. Estaban emparentados ni más ni menos que con la propia monarquía y eran Grandes de España. Sus riquezas e influencias hicieron desfilar por este palacio a los mejores artistas de la época que dejaron su sello y su impronta.

Si las paredes del castillo que precedió al Palacio de Pedrola pudieran narrar su historia, revelarían encuentros notables y eventos históricos. Entre ellos, la visita del papa Adriano VI, quien tuvo el honor de bautizar a una de las hijas de los duques de Villahermosa, bautizada como Adriana en su honor. Además, estas paredes serían testigos de la acogida al arzobispo Don Hernando de Aragón, un mecenas notable y emparentado con Martín de Gurrea y Aragón, duque de Villahermosa, y con su esposa Luisa de Borja y Aragón, conocida como la santa duquesa.

Don Hernando de Aragón, figura ilustre de la época, se dedicó a la reforma de varias capillas en la Seo de Zaragoza, fue el cerebro detrás de la construcción de la Lonja y ordenó la edificación de la Cartuja del Aula Dei. A pesar de su parentesco y vínculo cercano con los duques, el palacio sirvió de refugio a los jesuitas en un periodo en el que Don Hernando decidió no admitirlos en Zaragoza.

La biblioteca del Palacio de los Duques de Villahermosa fue una de las más apreciadas en el S.XVI y fue inspiración de las grandes bibliotecas de Flandes y de media Europa renacentista / Cedida

La conexión entre el palacio y la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles es una de sus características más distintivas. Un corredor, construido por Luisa de Borja, une ambos edificios durante cientos de metros de distancia por el subsuelo, ofreciendo un recorrido íntimo y mágico, similar al famoso Corredor Vasariano de Florencia. Este pasadizo, que transcurre por encima de varias casas del pueblo, es un privilegio exclusivo.

El patio de Luna, con sus diez columnas de piedra y escaleras señoriales, ofrece un escenario idílico para el primer baile de los recién casados. Además de ser un escenario nupcial, el Palacio de Pedrola alberga una importante colección de arte, enriquecida con piezas procedentes del antiguo palacio de Villahermosa en Madrid.

El interior del palacio conserva tres obras de Francisco de Goya‘El baile de las mascaras’, un boceto de ‘La Carga de los Mamelucos’ y un retrato de medio cuerpo de Ramón Pignatelli. Cuidadosamente restaurado por Pilar Azlor de Aragón y sus hijos, el palacio también se ha vinculado con eventos históricos narrados en obras como «El Quijote» de Cervantes.

El interior del Palacio de los Duques de Villahermosa es de una belleza exquisita / Cedida

El conjunto de palacio e iglesia ha sido declarado Bien de Interés Cultural. La casa de Villahermosa mantuvo el patronazgo sobre el templo hasta 1973, dejando una huella imborrable en la historia de la región.

Hoy, el Palacio de Pedrola sirve incluso como residencia de la persona al que todos llaman ‘el duque’, de manera cariñosa en el pueblo. Esta persona guarda como oro en paño este edificio heredado por sus antepasados y, además, es un excelente guía de todos los rincones en cada celebración nupcial o evento que se desarrolla dentro del Palacio.

*No tiene unos horarios fijos de apertura, por lo que debes reservar tu visita previamente en la Casa de Cultura de Pedrola, donde te atenderán de lunes a viernes de 10 a 12 h. y de 16 a 20 h.