El ecuatoriano Bryan Guayanlema, propietario de este nuevo establecimiento de cocina nikkei, ha abierto las puertas de Chakana en la plaza San Miguel número 3, creando un espacio donde la tradición y la creatividad culinaria se unen en armonía. Esta propuesta incluye una extensa bodega con más de 70 referencias de vinos, así como cócteles y destilados de la mejor calidad.

Con un ambiente íntimo y acogedor, y una decoración meticulosamente cuidada, Chakana ofrece una variada carta que incluye tres tipos de ceviche: de lubina, de camarón y vegetariano.

Entre los platos más destacados están el «Tango de ternera», que combina tataki de solomillo de ternera con pera, maracuyá, cebolla morada, salsa de ají panca y anticucho, y el «Hornado ecuatoriano», un cerdo a baja temperatura cocinado durante doce horas, acompañado de plátano frito, llapingacho, mote y piel crujiente.

Una de las creaciones estrella es el sashimi de atún rojo de almadraba con salsa de yuzu y soja trufada, chips de patata morada y tomates cherry.

La carta de Chakana refleja una fusión de gastronomía ecuatoriana con toques aragoneses. Entre los platos se pueden encontrar las tradicionales «chuleticas» de cordero con patatas panadera, servidas con una salsa anticucho elaborada artesanalmente con una mezcla de especias.

La carta de Chakana incluye aperitivos tan diversos como la ostra acevichada, pimientos del padrón con salsa Den Miso, guacamole con chifles, yuca frita y croquetas de centollo y buey de mar. Los platos principales no se quedan atrás en variedad y sabor, desde la «Sopa del mar» con bonito, sofrito de verdura, yuca y cebolla morada, hasta el «Banquete vegetal» de plátano maduro frito con queso casero, curtido de cebolla morada y aceite de trufa.

Para el postre, Chakana ofrece dos opciones irresistibles. La «Tentación de chocolate fundido» combina fondant de chocolate ecuatoriano con helado de vainilla, mientras que la «Delicia de grano andino» presenta pudding de quinoa con crema de coco, panela caramelizada y mochi de mango y maracuyá.