Kike Júlvez es uno de los nombres de moda en el mundo de la hostelería zaragozana. El co-fundador del Grupo Tándem ha contribuido de forma decisiva a transformar y modernizar la hostelería zaragozana desde su creación en 2013 gracias a locales como Marengo, La Bocca, Nativo, Nómada, La Milonga y la tienda de comida para llevar, La Tradicional,

Tras recibir el premio a la mejor empresa hostelera de España en innovación, Kike Julvez se sienta con nosotros para hablar del trabajo que realiza el Grupo Tándem, y de cómo está evolucionando el mundo de la hostelería en la capital aragonesa.

El final del año suele ser el momento de hacer balance ¿Cómo ha sido el 2023 para Grupo Tándem y para Kike Júlvez?

En general ha sido un buen año teniendo en cuenta de donde veníamos, sufriendo casi 3 años de pandemia en los que la hostelería fue uno de los sectores más afectados y en donde la administración puso el foco con todo lo que ello conlleva. Pero bueno, eso es pasado. Nosotros aprovechamos la coyuntura para dar un impulso a la organización y profesionalización de la empresa y este año hemos consolidado la nueva estructura de gestión que en esos años creamos. A la vez hemos terminado de digerir las recientes aperturas, Nómada y La Milonga, y la reforma de Marengo que ha supuesto una evolución del proyecto bastante importante. Y consecuencia de todo ello encima hemos recibido un premio que para nosotros ha supuesto una alegría tremenda.

Ya que hablamos del premio… ¿Qué ha significado para el Grupo Tándem recibir el premio a la mejor empresa hostelera de España en innovación?

Para los empleados que más llevan con nosotros una alegría. Saben el esfuerzo que se ha hecho entre todos para estar donde estamos. Para mí, más que un reconocimiento supone una motivación para que la empresa siga adelante.

¿En que momento está la hostelería, qué visión de sector tienes para el 2024? ¿Y para Grupo Tándem? 

Creo que la hostelería vive un momento dulce, eso es evidente. Las personas hoy en día destinan buena parte de sus recursos al ocio, y los bares y restaurantes están ahí bien posicionados. Son los principales lugares elegidos hoy en día por la gente para socializar, para reunirse, para celebrar, etc. Paralelamente la hostelería está viviendo un rápido proceso de transformación. El sector se está concentrando y se está profesionalizando. Sin embargo existe una gran incertidumbre por el incremento de los costes laborales y de la materia prima, que evidentemente se está trasladando a los precios, y por la escasez de la mano de obra. Creo que esos dos frentes van a ser el caballo de batalla de los hosteleros en el corto plazo, cómo gestionar esas subidas de costes para que no se disparen demasiado los precios y la demanda no se vea muy afectada, y cómo gestionar la preocupante escasez de mano de obra en el sector.

¿Hay a la vista nuevas aperturas?

Bueno, como consecuencia de lo anterior, más la incertidumbre política que atravesamos, no vemos un entorno muy propicio para invertir, al menos no lo es para volverse loco, y aunque no descartamos alguna nueva apertura, si lo hacemos será con prudencia y porque nos encontremos con alguna buena oportunidad que sea beneficiosa para el conjunto de la empresa. Nuestro modelo de negocio no es rápidamente escalable. Cada uno de nuestros locales tiene su propia personalidad, su oferta gastro particular, su decoración, su marca etc. y eso complica las nuevas aperturas. Las que realicemos tienen que encajar bien en nuestro portfolio y sumar al resto de proyectos.

Comentaba hace unos momentos que la hostelería vive un momento dulce, aunque plagado de incertidumbre. Si hablamos de la gastronomía zaragozana, ¿Qué retos tiene la ciudad en este campo?

Creo que ha mejorado mucho en los últimos años pero también queda mucho por hacer. Creo que las asociaciones empresariales tienen que poner el foco en los principales problemas que tienen los hosteleros y uno de ellos es la escasez de mano de obra, por lo que hay que hacer cosas para que la gente quiera volver a formarse y trabajar en hostelería. En este sentido creo que Zaragoza necesita una escuela potente de hostelería y las asociaciones y empresas del sector tienen que dar un paso adelante, sea con ayuda de la administración o no. El sector también tiene que poner orden en la cantidad de eventos gastronómicos que hay en la ciudad y colaborar con las administraciones en promocionarlos. A la ciudad le interesa, la hostelería y la gastronomía hoy en día son importantes para hacer ciudad y para atraer turismo y riqueza.