En un emotivo retorno a la tradición perdida hace tres décadas, los detallistas del Mercado Central han inaugurado el esperado Belén Monumental con motivo de la celebración navideña y que se perdió hace ya 30 años. La exposición, situada en la parte baja del mercado, cuenta con más de 20 piezas que varían entre 30 y 32 centímetros de altura, ofreciendo a los visitantes una experiencia única.

La Asociación de Belenistas de Zaragoza recupera este atractivo navideño que fue una costumbre para los niños de la ciudad. La apertura al público tuvo lugar el pasado sábado, con un horario matutino desde las 11:00 hasta las 14:00 horas, y se extenderá hasta el 21 de diciembre. Posteriormente, durante la temporada festiva, el Belén estará abierto también por las tardes, entre las 17:30 y las 20:00 horas, hasta el 5 de enero.

El «Belén de Murillo» es el protagonista de esta recreación, fusionando piezas provenientes de Barcelona, Jerez, Bollullos del Condado (Huelva) y Pamplona. Inspirado en la obra «Adoración de los Pastores» del pintor sevillano Murillo, el belén es una amalgama de animales que incluyen gatos, perros, palomas, ratones e incluso caracoles, detalles que requieren una observación minuciosa para apreciar su belleza.

Esta exhibición forma parte de las diversas actividades de dinamización que el mercado ha planificado para estas fechas. Entre ellas, destaca el sorteo de 38 lotes de productos, programado para el 22 de diciembre, cuyos boletos se están entregando con cada compra de 20 euros o más.

Además, la magia navideña se materializa con las visitas especiales programadas. Los días 22 y 23 de diciembre, Papá Noel hará las delicias de los más pequeños entre las 11:30 y las 13:00 horas. En el mismo horario, el 4 y 5 de enero, un Rey Mago y un Paje estarán presentes para recoger las cartas llenas de ilusiones infantiles.

Como parte de la programación diversa, se han organizado talleres gastronómicos, añadiendo un toque delicioso a las festividades. Con el Belén Monumental como punto culminante, el Mercado Central se convierte en un epicentro de la esencia navideña, uniendo tradición, magia y gastronomía para el disfrute de todos.