Retener nuevos pobladores en los municipios aragoneses es uno de los principales retos de los Ayuntamientos. En concreto, conseguir el asentamiento de población joven en el medio rural pasa por disponer de servicios, buenas conexiones tanto de internet y móvil como de carreteras, empleo y vivienda.

Para debatir estas cuestiones, tres alcaldes aragoneses se han sentado en la mesa de HOY ARAGÓN. Pablo Blanquet (Pina de Ebro), Ana Jarque (Caspe) y Javier Nicolás (Chiprana) hacen una radiografía de la situación actual de sus municipios en lo que a vertebración del territorio y asentamiento de población joven se refiere.

«Caspe es un municipio con mucha población vulnerable y carecemos de empleo de calidad y cualificado. Por eso las personas con preparación académica no se pueden quedar a trabajar aquí. Éste es el mayor problema», resume la primera edil, Ana Jarque.

Además, incide en que Caspe está a cien kilómetros de la capital. «Somos como Teruel Existe pero en el Bajo Aragón, somos los olvidados. Necesitamos mano de obra, recursos y más apoyo», añade.

En el polo opuesto está Pina de Ebro que, por suerte o por desgracia, está muy cerca de Zaragoza. «Aquí tenemos el polígono industrial por lo que más que un problema de empleo el reto está en conseguir que los trabajadores que no son de Pina se queden a vivir», explica Blanquet, que cifra en un 30 ó 40% las personas que se desplazan hasta el municipio cada día por motivos laborales.

El primer edil es consciente de que competir en servicios con la capital es complicado pero incide en que hay un problema de vivienda. «Construir casas nuevas es complicado para un Ayuntamiento pequeño y rehabilitar las del casco urbano tampoco es fácil. Por lo tanto, la gente joven tiene un freno en cuanto a la adquisición de vivienda«, explica.

«En los pueblos tenemos calidad de vida y calidad humana», defiende el alcalde de Chiprana. El Ayuntamiento que dirige Javier Nicolás ha lanzado planes de ayuda a la natalidad y otros para la rehabilitación de vivienda. «Todo dentro de nuestro presupuesto», matiza. «La Administración debería hacer un esfuerzo para incentivar que los maestros o sanitarios que vienen a trabajar aquí se queden a vivir», demanda.

Chiprana es un municipio eminentemente agrícola y ganadero, pero también cuenta con un importante recurso turístico, las saladas. «Se pone en el mapa diciendo que es un lugar único en Europa pero luego solo nos encontramos con restricciones. Es una joya que puede ser muy importante y hay que buscar entre todos cómo promocionarlo», asegura.

TURISMO COMO FUENTE DE EMPLEO

Junto con las saladas, el Mar de Aragón es otro gran enclave turístico que tanto para Chiprana como para Caspe sirve como reclamo. «El turismo tiene que ser una línea más y una oportunidad de nuevos negocios, como guías turísticos o casas rurales», apunta Nicolás, en cuyo municipio se han asentado varias familias francesas movidos por la pesca.

En el caso de Caspe, al Mar de Aragón se suma el patrimonio histórico de la localidad. «El castillo del Compromiso tuvo casi 800 visitas el verano pasado y la torre de Salamanca unas 500″, apunta la alcaldesa. «Estamos potenciando el turismo pero necesitamos ayuda del Gobierno de Aragón para crecer y continuar dinamizando», añade.

Para activar la palanca del turismo como revulsivo para la zona, en la comarca de la Ribera Baja del Ebro se trabaja en un plan para dotar de 1,3 millones de euros para ayudas al turismo. «Sería interesante hacer un plan para toda la comarca. Articular una ruta para que entre todos los municipios podamos crear una jornada completa y ofrecer visitas a los turistas», señala el alcalde Pina.

En su caso, en concreto, el plan del Ayuntamiento es rehabilitar zonas de «camino de Santiago y también destinar fondos al avistamiento de aves, poniendo el río como gancho principal. «Esto debería ir ligado con la necesidad de que haya hostelería de calidad y también habitaciones en las que alojarse», añade Blanquet. Pero, en su caso, por la cercanía con Zaragoza muchos turistas pasan el día en la zona pero vuelven a dormir a casa. «Es difícil asentar población y crear salidas laborales del turismo», apunta.

LA VIVIENDA, FRENO PARA LA POBLACIÓN JOVEN

La falta de vivienda en el medio rural es un problema común a prácticamente todos los municipios y afecta de lleno al asentamiento de la población joven. «Hay muy pocos jóvenes menores de 30 años que puedan acceder a una vivienda y el alquiler en los pueblos es muy complicado», explica Blanquet. En Pina de Ebro, dice, «no existen viviendas de alquiler, solo algún piso».

En la misma línea, el alcalde de Chiprana habla de las dificultades que se encuentran los nuevos pobladores a la hora de comprar un terreno para construir una casa. «Los precios son altos», señala. Como alternativa a construir una vivienda nueva, el Ayuntamiento subvenciona el 25% del coste de rehabilitación de viviendas. A pesar de ello, en los últimos tiempos se han abierto varios alojamientos rurales y la escuela cuenta actualmente con 52 alumnos. «Hace una década se iba a cerrar porque no había niños», asegura.

DISPONER DE SERVICIOS

«Lo que más demando y con urgencia es tener servicio de transporte público, por ejemplo, al hospital de Alcañiz, ya que hay personas con movilidad reducida o mayores que no pueden conducir», señala Ana Jarque (Caspe), apelando a DGA y DPZ.

En el mismo sentido, Javier Nicolás (Chiprana) habla de la necesidad de trazar un plan de movilidad ambicioso. «Se podrían proponer rutas bien con transporte público o con coches colectivos para vecinos del mismo pueblo que acudan a citas médicas agrupadas», explica. «Hay que aunar esfuerzos y las administraciones tienen que apostar de verdad por el territorio», añade.

Pina de Ebro está dotado con prácticamente todos los servicios pero su alcalde señala que una buena forma de favorecer el asentamiento de población joven sería impartir grados de FP ajustados a las necesidades laborales del municipio. «Las industrias demandan mano de obra cualificada en ámbitos como la soldadura o la mecánica. Son materias que permiten una salida después, ya que los alumnos podrían hacer prácticas y luego quedarse», explica Blanquet.

MEJORAS EN LAS COMUNICACIONES

Las comunicaciones tanto por carretera como de internet y teléfono son claves para el asentamiento de población joven en el medio rural. En este sentido, los alcaldes invitados a esta mesa de debate tienen demandas que hacer. «En Pina hemos sufrido en los últimos años perdidas de vecinos tanto en el Nacional II como en la N-232 por lo que más viajar rápido, demandamos más seguridad en nuestras carreteras«, explica Blanquet.

Las quejas de los primeros ediles de Caspe y Chiprana van más en la línea de las telecomunicaciones. «Tenemos acceso a internet en el municipio pero en cuanto salimos, por ejemplo para ir a Caspe, pierdo cinco minutos la cobertura», explica Javier Nicolás. «Es necesario tener buena cobertura de internet, porque sigue habiendo muchas deficiencias», añade.

En Caspe se está pidiendo que llegue el 5G. «Eso lo que nos va a ayudar para que el teletrabajo se fomente», incide Jarque. «La forma que tenemos de asentar población es estar bien comunicados con la digitalización y poder crecer a través de la Inteligencia Artificial», añade.

Con vistas al futuro, en Caspe se ha anunciado la llegada de Capital Energy, una productora de hidrógeno verde que se espera se asiente en la localidad en 2025. «Para la construcción de la planta se generarán unos cien empleos de los que se consolidarán alrededor de 40», explica la alcaldesa. En el corto plazo, se va a rehabilitar la ribera del río Guadalope, con una inversión de 1,5 millones de euros de fondos Next Generation.