El hallazgo de un siluro de grandes dimensiones en el río Ebro, capturado por un vecino de Palencia aficionado a la pesca deportiva, ha llamado la atención a principios de marzo. El pez, de 85 kg y 2,30 metros de largo, fue atrapado por Luis Miguel González y luego devuelto al río, como se compartió en la cuenta de Instagram @fotoyalagua.

Sin embargo, la normativa indica que esta especie exótica invasora debería ser sacrificada, según la Federación de Pesca y Cásting.

El siluro fue introducido en el río hace más de 50 años, inicialmente considerado como un trofeo de pesca, pero ahora se le ve como una amenaza para el medio ambiente debido a su capacidad de proliferación y adaptación en diversos entornos fluviales, donde carece de depredadores naturales. Su presencia ha causado daños en los ecosistemas fluviales y ha afectado a la actividad pesquera en la zona.

El siluro, también conocido como ‘pez-gato’ por sus bigotes característicos, tiene una apariencia peculiar con un cuerpo sin escamas y cubierto por una capa de mucosa. Esta especie puede alcanzar tamaños sorprendentes, superando comúnmente los dos metros de longitud y los 100 kilogramos de peso.