Álvaro Girona Arias fue empleado como ingeniero informático en Apple hasta abril de 2022. Aunque para muchos sería un sueño trabajar en una empresa tan famosa, él describe su experiencia como una «pesadilla» debido a los abusos y malos tratos que sufrió.

Durante cerca de año y medio, Álvaro trabajó largas jornadas de más de 16 horas, incluso llegando a realizar 20 horas en ocasiones, incluyendo festivos y fines de semana. Esto le llevó a un agotamiento físico y mental extremo, afectando su salud y bienestar. Llegó a perder 16 kg de peso debido al estrés y la presión a la que estaba sometido.

En verano, la empresa le negó las vacaciones, dejándolo solo para cubrir todo el mes de agosto y luego le informaron que ya no podría disfrutar de sus días de descanso durante el resto del año. Todo esto le generó un desgaste inhumano y lo llevó a tomar una excedencia de tres meses para cuidar su salud mental.

Álvaro ha acusado a la empresa de ejercer una «machaque mental» y de coaccionarlo para tomar la excedencia, prometiendo que tendría su puesto asegurado al regresar, pero luego ignorando sus intentos de contacto. La compañía lo dejó en el limbo, sin respuestas ni garantías.

Finalmente, Álvaro ha expresado su alivio por haber dejado atrás ese ambiente tóxico y ha afirmado que está superando la depresión en la que se sumergió por la situación vivida en Apple. Con valentía, ha decidido hablar públicamente sobre su experiencia, sin miedo a las consecuencias. «Tuve que huir de ese sitio y decidí pedir una excedencia voluntaria que finalizó hace 2 semanas, porque mi cuerpo y mi salud mental no aguantaban más. Elisenda Bou-Balust y Jordi Ferreira, me dijisteis que cuando la terminase y quisiese volver tendría siempre mi sitio. Desde que cogí la excedencia, dejasteis de contestarme a nada y tras su finalización seguís en silencio«, ha escrito.

Esta revelación pone de manifiesto la importancia de cuidar la salud y el bienestar de los empleados en cualquier empresa, sin importar su fama o prestigio. La cultura laboral debe ser respetuosa, equitativa y garantizar el bienestar de sus trabajadores para que estos puedan dar lo mejor de sí mismos y evitar situaciones como la que vivió Álvaro. «Por mi parte estoy mucho más cerca de salir del pozo de mierda y depresión en el que me metisteis y por fin sin miedo a hablar públicamente«, ha sentenciado.