Pese a la creciente adopción de tecnologías de pago digital, donde ya se llega a pagar un café con la app Wallet del banco que tienes en el dispositivo móvil, el efectivo continúa dominando los medios de pago en España.

Un reciente estudio del Banco de España reveló que el 65% de la población sigue utilizando efectivo a diario en tiendas físicas, frente a un 32% que opta por tarjetas y un 10% que utiliza dispositivos móviles, reflejando un aumento respecto al 7% del año anterior.

Aunque las cifras muestran que el efectivo sigue siendo el método favorito, es evidente que las generaciones más jóvenes se inclinan hacia opciones más tecnológicas. Los individuos de entre 25 y 44 años prefieren tarjetas, mientras que los más jóvenes son adeptos a los pagos móviles.

El estudio también arrojó luz sobre la relación entre el nivel de educación y las preferencias de pago. Aquellos con una formación básica tienden a usar efectivo con más frecuencia, mientras que aquellos con niveles de educación medios y superiores muestran una clara predilección por las tarjetas y los pagos móviles.

Uno de los aspectos más llamativos es la motivación detrás de la elección del efectivo. Comodidad, costumbre y control de gastos son las razones predominantes. En cuanto a las tarjetas y pagos móviles, la comodidad y la rapidez encabezan la lista de razones.

El panorama, según el Banco de España, no muestra signos de cambios drásticos en el corto plazo. Dos tercios de los encuestados anticipan que seguirán usando efectivo de la misma manera en el próximo año. Sin embargo, hay una discrepancia generacional: un 39% de los menores de 35 años espera reducir su uso de efectivo, en contraste con sólo el 16% de los mayores de 64 años.

En cuanto a la aceptación por parte de los comerciantes, casi todos aceptan efectivo. Las tarjetas y pagos móviles tienen una penetración del 89% y 78% respectivamente. A pesar de esta alta aceptación, algunos servicios alternativos de acceso al efectivo, como «cash-back» en comercios o el servicio de Correos Cash, aún no son ampliamente reconocidos por los consumidores.

El estudio concluye con una nota sobre el euro digital, cuya familiaridad sigue siendo relativamente baja, aunque está en aumento. Sólo el 20% de la población ha oído hablar de él, frente al 17% del año anterior.