La implementación de tecnologías de energías limpias y renovables ha tenido un impacto significativo en la moderación de las emisiones globales de CO2 en los últimos cinco años, según informa la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Este avance ha permitido que las emisiones mundiales de dióxido de carbono hayan sido tres veces menores de lo que habrían sido sin la expansión de las energías renovables, como la solar fotovoltaica y la eólica, junto a la energía nuclear y los vehículos eléctricos.

BAJADA DE LAS EMISIONES DE CO2

A pesar de un crecimiento acelerado en la demanda total de energía en 2023, el incremento de las emisiones de CO2 fue menor en comparación con el año anterior, gracias en gran medida a la expansión de las fuentes renovables y a la adopción de vehículos eléctricos.

Sin embargo, las emisiones aún aumentaron en 410 millones de toneladas, alcanzando un récord de 37.400 millones de toneladas. Este aumento fue parcialmente impulsado por la escasez excepcional de energía hidroeléctrica debido a sequías extremas en regiones como China y Estados Unidos, lo que llevó a un mayor recurso a combustibles fósiles para satisfacer la demanda energética.

La AIE resalta que si no hubiera sido por esta baja producción hidroeléctrica, las emisiones globales de CO2 relacionadas con la generación de electricidad habrían disminuido, resultando en un incremento general de las emisiones significativamente menor. Este hecho subraya la importancia de la hidroeléctrica en la matriz energética mundial y su papel en la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.

El informe también revela que las economías avanzadas experimentaron una reducción histórica en sus emisiones de CO2 en 2023, logrando sus niveles más bajos en 50 años, incluso en un contexto de crecimiento del PIB. Este logro se debe a un fuerte despliegue de energías renovables, la transición del carbón al gas, mejoras en la eficiencia energética y una producción industrial más moderada.

La transición hacia energías más limpias y sostenibles ha mostrado su fortaleza y capacidad para moderar las emisiones de CO2 a pesar de un crecimiento en la demanda de energía. La AIE destaca que el despliegue de energías limpias duplicó el de los combustibles fósiles de 2019 a 2023, con un año notable en el que al menos la mitad de la generación de electricidad en economías avanzadas provino de fuentes de bajas emisiones.

En este contexto, Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, enfatizó la resiliencia de la transición energética limpia ante diversas pruebas en los últimos cinco años, subrayando que esta continúa a buen ritmo, controlando las emisiones mientras la demanda mundial de energía aumenta.