El actual presidente de la Real Federación de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, comenzó su trayectoria como jugador de fútbol a los 14 años en el Motril Fútbol Club, compitiendo en ligas profesionales tanto en España como en Escocia hasta 2009. Sin embargo, su imagen comenzó a deteriorarse cuando incursionó en la política deportiva y obtuvo en 2010 el cargo de presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Su mandato marcó la convocatoria de la primera huelga de futbolistas en 27 años para exigir un nuevo convenio colectivo.

Desde sus inicios en su carrera en la política deportiva, su compromiso no se reflejó en el apoyo al deporte femenino ni tampoco se mostró respetuoso hacia las ejecutivas deportivas que trabajaron con él. Un ejemplo fue su acuerdo con Tamara Ramos, directora de márketing de la AFE, después de que ella presentara una denuncia por acoso en 2017. Rubiales optó por pagar para evitar una demanda.

Tamara Ramos compartió experiencias de humillación y machismo por parte de Rubiales, quien en ocasiones hizo comentarios ofensivos y denigrantes. A través de un programa de televisión, Ramos detalló situaciones como: «Venga a ver, que tú has venido aquí a ponerte las rodilleras» y «¿De qué color traes hoy la ropa interior?». Estos incidentes revelaron un patrón de comportamiento problemático hacia las mujeres.

Rubiales también se mostró resistente ante las futbolistas femeninas que luchaban por condiciones laborales justas, lo cual contrasta con su lucha por condiciones dignas en su carrera política inicial, pero solo para colegas masculinos. Quince futbolistas tuvieron que tomar medidas extremas para que Rubiales aceptara mejoras en las condiciones de trabajo del deporte femenino de élite. Algunas incluso renunciaron al Mundial de Australia en su búsqueda de mejores condiciones. Sin embargo, algunas jugadoras lograron mejores condiciones y ganaron el título de campeonas.

El historial de Rubiales también incluye problemas legales y personales. Entre 2016 y 2021, la arquitecta Yasmina Eid-Macched denunció a Rubiales por lesiones y le acusó de que había intentado pagar la reforma de su casa con fondos de la AFE. Aunque Rubiales fue absuelto en ambos casos, esta situación generó tensiones en su vida personal y profesional.

La vida personal de Rubiales también fue objeto de escrutinio. Se habló de relaciones amorosas, divorcios y acusaciones de gastos indebidos. Juan Rubiales, tío de Luis y presidente de la Real Federación Española de Fútbol, lo acusó de haber utilizado fondos de la federación para costear una orgía. Sin embargo, estas acusaciones fueron negadas por la RFEF.

El comportamiento problemático de Rubiales y sus dificultades personales han afectado su imagen y liderazgo en la Real Federación Española de Fútbol. Su falta de respeto hacia las mujeres y su historial conflictivo plantean serias dudas sobre su capacidad para liderar la organización de manera ética y efectiva.

Además de todo esto, entre otros hechos que salpican a Rubiales es el de corrupción. Se vincula a Rubiales junto al exjugador Gerard Piqué en una participación conjunta en supuestos negocios en la organización de la Supercopa de España en Arabia Saudí, por la que el jugador habría recibido supuestamente 24 millones de euros en comisiones. Todo ello mediante la empresa Cosmos, del ex jugador Gerard Piqué, para trasladar, con fines económicos, la Supercopa de España a Arabia Saudí.