Las proteínas juegan un papel crucial en el mantenimiento y el desarrollo del organismo, siendo esenciales para la reparación y reproducción celular. Desde la infancia hasta la adolescencia, su consumo adecuado es fundamental para garantizar un crecimiento óptimo. No obstante, en los últimos años, la importancia de las proteínas ha trascendido más allá de la nutrición básica, ganando popularidad en el ámbito del fitness y el ejercicio físico, donde se busca no solo mantener, sino también aumentar la masa muscular.

En la búsqueda de fuentes proteicas, alimentos como el pollo, los huevos o pescados como el salmón y el atún suelen ser los protagonistas. Sin embargo, hay un tesoro gastronómico poco explorado por muchos: las anchoas, un pescado típico en España que ofrece un perfil nutricional extraordinario, especialmente en términos de proteínas.

Las anchoas, obtenidas a partir del tratamiento en salazón del boquerón o bocarte, son una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, fósforo, hierro, sodio, niacina, selenio, vitamina B12 y vitamina D, lo que las convierte en un alimento de alta calidad para la salud.

En su composición, las anchoas en aceite escurrido destacan por su alto contenido proteico, representando un 27% de su peso en 100 gramos, junto con un 9% de grasas saludables, incluyendo ácidos grasos omega-3 en concentraciones superiores a las del salmón y el atún. Además, su bajo nivel de mercurio las hace seguras y saludables para el consumo regular, gracias a su posición baja en la cadena alimentaria y a su corto ciclo de vida.

GRANDES BENEFICIOS PARA LA SALUD

Los beneficios para la salud de las anchoas son múltiples. Su alto contenido en ácidos grasos omega-3 ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al controlar los niveles de triglicéridos y colesterol. Además, su aporte de fósforo contribuye al bienestar dental, óseo y renal, así como al funcionamiento neuromuscular. El hierro presente en las anchoas favorece la producción de hemoglobina y mioglobina, esenciales para el transporte de oxígeno a través del cuerpo y el suministro de oxígeno a los músculos, respectivamente.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las anchoas en aceite contienen altas cantidades de sodio, por lo que su consumo no es recomendable para personas con hipertensión o aquellas que siguen una dieta baja en sodio. Del mismo modo, aquellos con niveles elevados de ácido úrico en sangre deben evitarlas, ya que su metabolismo puede aumentar la producción de ácido úrico en el cuerpo.

Además de las anchoas, existen otros pescados ricos en proteínas que merecen atención. El salmón, con su abundancia de ácidos grasos omega-3 y vitaminas del grupo B, es un aliado para la salud cardiovascular y la energía diaria. La pescadilla, con su bajo contenido en grasa y alto en proteínas, es ideal para dietas de control de peso. El lenguado, la merluza y el atún rojo también son opciones valiosas, cada uno con su propio perfil nutricional y versatilidad culinaria.