La ciudad de Sevilla y todo el mundo del deporte quedó conmocionado con la noticia de la trágica muerte de Álvaro Prieto, el joven futbolista cordobés de 18 años que, según confirmó la autopsia, falleció el mismo día de su desaparición electrocutado con la catenaria, el pasado 12 de octubre.

Ante la marea de rumores y especulaciones, los padres del joven, Rafael Prieto y Julia López, han decidido emitir un comunicado, el primero y que aseguran será el único, pidiendo respeto y privacidad.

En su mensaje, la pareja destaca que no harán «ninguna declaración pública sobre las circunstancias del fallecimiento» de Álvaro y ruegan «el máximo respeto y la mayor discreción posible» para poder «vivir el duelo y asumir este dolor».

También han agradecido a la Policía Nacional de Sevilla, a la Junta de Andalucía, y a «todas las autoridades y personas» que colaboraron en la búsqueda de su hijo.

La historia de Álvaro es especialmente emotiva porque fue adoptado en Rusia por Rafael y Julia cuando tenía tan solo cuatro años.

Según la revista ‘Semana’, la familia ha querido también agradecer “las innumerables muestras de apoyo y cariño” que han recibido durante estos duros momentos.

Álvaro Prieto, quien cursaba ingeniería y formaba parte del equipo juvenil del Córdoba CF, perdió el tren que debía llevarle de vuelta a casa tras disfrutar de una noche con amigos en Sevilla. Sin móvil, sin batería y sin dinero, intentó abordar otro tren sin billete, siendo interceptado por el personal de seguridad.

El joven, en un intento de regresar a Córdoba, accedió a las vías de la estación de Santa Justa. Lamentablemente, entró en contacto con la catenaria del tren, sufriendo una descarga de 3.500 voltios que le causó la muerte instantáneamente. Su cuerpo fue hallado días después entre dos vagones de un tren averiado.

El trágico suceso ha dejado una profunda huella en la comunidad, con muchos pidiendo una mayor concienciación sobre la seguridad en las estaciones de tren. Por ahora, la familia solo pide poder despedir a su hijo en paz y con la intimidad que merecen en estos momentos de profundo dolor.