En una jugada sorprendente, el rey Mohamed VI, una de las figuras más ricas de África, está a punto de inaugurar su majestuoso palacete en la paradisiaca isla de Zanzíbar, Tanzania. Este proyecto no es nuevo para el monarca, quien adquirió la propiedad en 2016, una antigua residencia árabe que remonta a la época en que Omán controlaba el archipiélago.

A sus 60 años, el rey ha encontrado en Zanzíbar un refugio idílico para sus momentos lejos de Marruecos, desplazándose de preferencias que incluían París y Gabón.

Este último país, hasta agosto de 2023, solía ser un destino recurrente para Mohamed VI, pero la situación cambió drásticamente con un golpe de estado que derrocó a su amigo de la infancia, el presidente Ali Bongo.

Zanzíbar, con su rica historia que se remonta a la influencia de Omán desde 1698, ha sido el escenario de la visión a largo plazo del monarca.

La propiedad, adquirida en 2016 a un dueño extranjero, ha experimentado una transformación bajo la mano de la constructora marroquí BTP y la Société Générale des Travaux du Maroc (SGTM), según informes del medio marroquí leDesk.

Con esta nueva joya en su corona, Mohamed VI extiende sus dominios a las aguas cristalinas del océano Índico, consolidando su presencia en uno de los destinos más codiciados del mundo.