Es curioso porque cuando preguntamos a la dependienta de un bar cercano, justo frente al número 15 de esta calle, protagonista tras una monumental pelea en plena calle, nos dicen que todo suele transcurrir con tranquilidad. Coincide con las declaraciones policiales, que insisten en que Zaragoza es una ciudad segura y Juan Pablo Bonet no está entre las calles donde más avisos se reciben.

Lo cierto es que indagando un poco más todo gira en torno a un conflicto vecinal. Una familia de origen rumano que cada vez en más ocasiones irrumpe como una tormenta en medio de la tranquilidad de esta calle, mitad San José, mitad zona Universidad. La pelea de esta semana a las diez de la noche, cuando la mayoría de los vecinos estaban despiertos y en un bar donde se dedicaron a agredir a tres jóvenes que hoy, en Aragón Tv, pedían atención y justicia por ser víctimas de una agresión gratuita, ha activado todas las alarmas.

«Una riña protagonizada por unas personas que acostumbran a beber mucho», decía un vecino de esta calle. La Policía Nacional, al verse bajo una lluvia de botellas de cristal, pidió una orden judicial para entrar en el piso e intervenirlo. Allí encontraron «muchas botellas de alcohol puto vacías», según explican fuentes cercanas a los hechos a HOY ARAGÓN.

Momento de la detención de uno de los implicados en la pelea el pasado lunes / H.A.

Si vamos más al origen del conflicto lo encontramos en el sexto piso de este número quince, donde viven más personas, según los vecinos, en ese piso conflictivo, de los que se cree. Un bebé, mujeres, sus parejas y mucho alboroto intenso y durante mañana, tarde y noche.

Estos vecinos temen que los cinco detenidos por la Policía Nacional el pasado lunes, tras las 72 horas límite de retención legal, vuelvan al piso y la vuelvan a liar. «Es en muchos momentos insoportable; temes por todo porque van ciegos y no responden», explica una vecina que prefiere mantenerse en el anonimato.

Después de la tormenta llega la calma y la vida ha vuelto a la relativa normalidad en Juan Pablo Bonet. «No criminalicemos una calle por culpa de unos pocos, que aquí se vive bien», dice otro vecino. «De noche se ven cosas, pero como en todos los sitios y no suelen ser graves», relata la trabajadora de un bar frente al número 15.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza deberá determinar qué hacer con los cinco detenidos que agredieron a tres personas en un bar sin motivo aparente y delante de niños de corta edad sin importarles, al parecer, las consecuencias. Amenazas graves, atentado a agente de la autoridad, desórdenes públicos y lesiones. Son los cargos de los que se les acusan. Hoy pasan a disposición judicial, mientras que el policía herido ya ha sido dado de alta. Si los vecinos no se equivocan y vuelven a su casa, habrá que esperar a ver cómo se desarrolla una convivencia que, hoy por hoy, está muy tensa.