El entorno de la ermita de Salas en Huesca despertó este viernes con una acumulación de suciedad y residuos, tras una macro fiesta universitaria que se celebra cada año… y donde siempre se generan los mismos residuos.

Ante esta situación, las brigadas municipales se desplegaron con diligencia para restaurar la limpieza y el orden en la zona. Pero no es suficiente,

El evento, que atrajo a una multitud -con más de 5.000 personas-, dejó como secuela un paisaje lamentable de basura dispersa. Este episodio ha suscitado una vez más la preocupación y el llamado a la responsabilidad por parte de las autoridades locales. Desde el Ayuntamiento de Huesca se reitera la importancia de un comportamiento respetuoso y cívico en este tipo de acontecimientos.

Se agradece el arduo trabajo y dedicación de las brigadas de limpieza, que desde las primeras horas de la mañana se han empleado a fondo para despejar toda la suciedad de las áreas afectadas.

El esfuerzo se ha extendido no solo al entorno de la ermita de Salas, sino también a la avenida de los Danzantes y diferentes zonas de bares en la ciudad.

El llamado a la ciudadanía es claro: la diversión y el disfrute no deben traducirse en descuido y desorden público.

«Es responsabilidad de todos preservar y cuidar los espacios comunes de nuestra ciudad. El Ayuntamiento reafirma su compromiso de velar por el bienestar y la limpieza de Huesca, pero también apela a la colaboración ciudadana para mantener el civismo en todas las celebraciones», han explicado mediante una nota de prensa.

¿QUÉ ES LA ERMITA DE SALAS?

La Ermita de Santa María de Salas, ubicada en el sureste de la ciudad de Huesca, en el término de Almériz, se erigió como un santuario mariano de notables dimensiones a principios del siglo XIII. Su construcción fue auspiciada por Doña Sancha, esposa de Alfonso II, y rápidamente se convirtió en un centro de peregrinación de gran relevancia.

Este santuario, que fusiona elementos del estilo románico, destaca por su imponente fachada, especialmente en la portada y la torre. La portada exhibe seis arquivoltas con decoración geométrica, así como capiteles florales exquisitamente esculpidos.

Sobre la entrada principal, se encuentra un amplio rosetón de derrame, decorado con elaboradas molduras de puntas de diamante. En el lado norte, se añadió en el siglo XVI una galería arcada, complementada con una hospedería que lamentablemente ya no existe.

La estructura interna de la iglesia sigue una planta de cruz latina, con una cabecera poligonal. La nave central, dividida en seis tramos, está flanqueada por profundas capillas laterales y cubierta por una bóveda de cañón.

La imponente torre, de planta cuadrada, se distingue por sus dos ventanas con arco de medio punto en cada cara del piso superior. En el exterior, presenta tres cuerpos, siendo el superior un campanario con cuatro frentes abiertos en parejas de arcos de medio punto. Su tejado a cuatro aguas, sostenido por modillones, completa esta majestuosa construcción.