Villarroya de la Sierra es un encantador municipio situado en la provincia de Zaragoza, en la comunidad autónoma de Aragón, España. Su población, compuesta por 435 habitantes, es custodia de una historia que se remonta a la era romana, donde se han encontrado vestigios de un alfar especializado en la producción de tierra sigillata.

La época medieval atestigua su reconquista por los cristianos y su expansión alrededor del Castillo de la Reina. En tiempos modernos, el municipio experimentó un crecimiento demográfico y vio la construcción de la iglesia de Santa María. Rodeada por la sierra de la Virgen y el valle de la rambla de Ribota, Villarroya ofrece un rico patrimonio histórico y hermosos paisajes naturales.

En tiempos antiguos, Villarroya de la Sierra fue testigo de la presencia romana en la zona. Descubrimos evidencias de un alfar romano, que estuvo en funcionamiento desde el año 50 dC hasta el siglo IV. Este alfar se especializó en la fabricación de terra sigillata, una cerámica finamente decorada que se distribuía en Bilbilis y otras localidades de la región. Además, se han encontrado enterramientos romanos cerca del alfar, subrayando la importancia de este asentamiento en esa época.

Durante la Edad Media, Villarroya de la Sierra era una villa con un terreno rojizo característico. Su pasado musulmán es evidente, como lo demuestran las técnicas agrícolas empleadas, como las acequias, y la estructura urbana de sus calles y barrios.

La reconquista cristiana llegó al lugar en el siglo XII, y el municipio se expandió en la ladera sur del castillo conocido como el de la Reina. En ese período, se erigió una iglesia dedicada a Santa María sobre una antigua mezquita. La Orden del Santo Sepulcro de Calatayud construyó la nave actual del templo en los siglos XIII o XIV.

Además, se construyó un nuevo castillo en la parte oriental para adaptarse a la creciente población. Villarroya se encontraba en la línea de conflicto en la Guerra de los Dos Pedros debido a su posición en la frontera entre Aragón y Castilla. Fue tomada por las tropas castellanas en el siglo XV y no fue recuperada por Aragón hasta 1454.

En la Edad Moderna, después de la unificación de Aragón y Castilla, Villarroya de la Sierra experimentó un crecimiento demográfico y cambios urbanos notables. Durante este período, se construyó la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol y la fuente pública del municipio.

Durante la Guerra de Sucesión, Villarroya apoyó al futuro monarca Felipe V y, como reconocimiento, obtuvo el estatus de villa con jurisdicción independiente. Este reconocimiento contribuyó a su desarrollo económico y social.

Villarroya de la Sierra se encuentra en la provincia de Zaragoza, en la comunidad autónoma de Aragón, España. Su ubicación estratégica lo convierte en un destino atractivo tanto para amantes de la naturaleza como para quienes desean sumergirse en la historia y la cultura.

El municipio se ubica a unos 99 kilómetros de Zaragoza, la capital provincial, y es atravesado por la carretera nacional N-234, lo que facilita el acceso desde otras localidades. Además, cuenta con una carretera que conecta con Clarés de Ribota, ampliando sus conexiones de transporte.

En lo que respeta su topografía, Villarroya de la Sierra es un lugar de contrastes. Al norte se erige la majestuosa sierra de la Virgen, que ofrece paisajes montañosos y una naturaleza exuberante. Hacia el sur se extiende el valle de la rambla de Ribota, una zona de gran belleza donde la vegetación y los campos verdes crean un entorno sereno y apacible.

La altitud en el municipio varía considerablemente. En el Alto de los Tres Monjes, alcanza los 1421 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo vistas panorámicas impresionantes de los alrededores. Por otro lado, a orillas de la rambla de Ribota, la altitud desciende hasta los 680 metros, donde se encuentran paisajes más suaves y bosques frondosos.