Aragón, tierra de encantos, resguarda en su seno a Graus, un pintoresco pueblo en Huesca, que va más allá de su renombrada longaniza. Este rincón medieval, en la confluencia de los ríos Ésera e Isábena, deslumbra con su arquitectura renacentista y paisajes que inspiran cuentos. La Plaza Mayor, testigo del tiempo, revela joyas arquitectónicas como la Casa Consistorial y la Casa Bardaxí.

PATRIMONIO DE GRAUS

Recorrer las estrechas calles empedradas conduce a la calle Barranco, donde el monumento a Joaquín Costa captura la esencia del lugar. El Puente de Abajo del siglo XII ofrece vistas magníficas de la Basílica de la Virgen de la Peña, cuyo claustro alberga el Museo de los Iconos, un tesoro museístico único.

Graus, con su Plaza Mayor, es escenario de rodajes cinematográficos, incluyendo películas españolas y anuncios de renombre. La Basílica y la longaniza han protagonizado producciones como ‘Villaviciosa de al lado’ y el documental ‘Soy Georgina’ de Georgina Rodríguez en Netflix.

GASTRONOMÍA

Graus no solo cautiva con su arquitectura y paisajes, sino también a través del paladar. Dos récords Guinness adornan la localidad: la longaniza más larga del mundo y la parrilla más grande. La Fiesta de la Longaniza, desde 1992, es un evento de internacional.

La trufa fresca, otro tesoro culinario, encuentra su hogar en Graus, albergando el Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura. Durante la temporada de trufa, eventos como Trufa-te y el Mercado de Trufa Fresca en Graus deleitan a los amantes de este manjar.

La oferta gastronómica en Graus es variada. Entre los restaurantes más famosos se encuentran Bodegas De Arnés, Restaurante El Criticón, Las Forcas, Restaurante El Marítimo y Restaurante Stopive. Para los viajeros, llegar a Graus desde Huesca toma poco más de una hora en coche, mientras que desde Zaragoza, el viaje dura casi dos horas por la A-23.

Graus, es un tesoro en las faldas del Pirineo, donde el pasado y los sabores convergen.