Europa resguarda un secreto natural que muchos desconocen: una joya escondida frente a la isla principal de las Azores, São Miguel, se encuentra este rincón paradisíaco. Un paraje singular, rodeado de majestuosas montañas verdes y una piscina natural de agua salada perfectamente circular en su corazón, como si la naturaleza misma la hubiera diseñado. Esta maravilla parece ser el resultado de siglos de evolución más que una creación humana.

Esta piscina natural se conecta con el océano a través de un estrecho cañón natural, proporcionando aguas tranquilas y cristalinas, un paraíso para nadadores, buceadores y amantes de la exploración marina. Este edén se ubica en las Azores, un archipiélago volcánico que se ha formado a lo largo de millones de años, dejando su huella en este asombroso lugar.

Para alcanzar este rincón, uno debe llegar primero a São Miguel, la isla más grande de las Azores, que además ofrece otras atracciones únicas como plantaciones de té y una ubicación excepcional en medio del océano Atlántico. Aunque el riesgo volcánico es mínimo en la actualidad, la historia geológica de las Azores sigue viva en cada rincón de este paraíso natural.