Alquézar, uno de los pueblos más bonitos de España, está enclavada en la Sierra de Guara. Junto a la espectacular arquitectura y el increíble patrimonio monumental de esta villa medieval de la comarca del Somontano de Barbastro, Alquézar tiene múltiples atractivos naturales gracias a su ubicación privilegiada en uno de los paisajes más impresionantes de toda la Comunidad de Aragón.

Para conocer esa riqueza natural, hay una ruta que destaca y que atrae la atención de visitantes de todo el mundo: la ruta de las pasarelas. Un interesante recorrido de dos horas de duración por el cañón del río Vero, un profundo desfiladero que se puede visitar gracias a unas pasarelas suspendidas que permiten conocer este entorno único de una manera segura.

En ese recorrido, entre paredes escarpadas y sobre las aguas cristalinas y de color turquesa del Vero, se puede disfrutar de las espectaculares formaciones rocosas y de las cascadas que se suceden a lo largo del recorrido.

Rutas de las Pasarelas de Alquezar
El río Vero marca el paisaje de la Sierra de Guara / Pasarelas de Alquezar

La ruta comienza cerca de la plaza Rafael Ayerbe (antigua plaza Mayor), justo al lado del Ayuntamiento de la Villa. Tiene 3 kilómetros de longitud y un desnivel de 180 metros, recorriendo un camino irregular y zonas de pasarelas situadas en los tramos donde el camino junto al río es insalvable, en entornos que te dejarán sin habla y que resumen las esencias paisajísticas, culturales y medioambientales del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Antes de comenzarla, deberás comprar las entradas, destinadas al mantenimiento de las pasarelas: cuesta 5 euros por persona, y 2 euros en el caso de federados en Montaña.

El primer tramo desciende desde el pueblo hasta el río Vero, recorriendo el frondoso Barranco de la Fuente, una bajada de casi 200 metros con terreno irregular. En el segundo tramo encontraremos zonas de sendero de tierra y piedras y cuatro pasarelas en altura. Si te puede el vértigo, o el cansancio, hay una salida en esta zona. El tercer tramo nos conduce de vuelta al pueblo, con un sendero empinado y pedregoso entre almendros, olivos y huertos. Y es recomendable guardar algo de agua para afrontarlo.

La ruta es bastante sencilla de recorrer. Para hacerla, tan solo hay que tener en cuenta algunas recomendaciones para completar el recorrido con seguridad. Especialmente ahora, que estamos en verano, y con olas de calor a la vista.

Dado que el recorrido está muy expuesto al sol, las horas centrales del día pueden ser muy calurosas, por lo que es recomendable llevar agua suficiente, protección solar y protegerse la cabeza con alguna gorra o sombrero. Además, es importante llevar un buen calzado, ya que los accidentes por resbalones y  torceduras son  frecuentes, sobre todo cuando el trayecto está húmedo.