El río Piedra, cuyo nombre deriva de las rocas calizas que adornan su lecho, es el protagonista de una ruta que tiene el rubor del agua como banda sonora. Nace en las montañas del Sistema Ibérico y serpentea a través de un paisaje de gran belleza en la comarca de Calatayud, formando cascadas, pozas y cañones a lo largo de su trayecto. Con temperaturas casi primaverales, este es el plan perfecto para pasar un día diferente y disfrutar de la naturaleza este fin de semana.

El sonido relajante del agua corriendo y el verde intenso de la vegetación crean un ambiente mágico que invita a explorar cada rincón de este paraíso natural. En este entorno de ensueño se encuentra la localidad de Nuévalos, donde se levanta uno de los monumentos más visitados de Aragón: el Monasterio de Piedra.

El espacio ofrece disfrute por partida doble. Por un lado, se pueden conocer las dependencias de un monasterio cisterciense del siglo XII, en cuyo interior está el museo dedicado al vino (D.O. Calatayud) y otro al chocolate. Por otro lado, se puede culminar la visita recorriendo el parque natural que rodea al Monasterio. Está lleno de lagos, saltos de agua, cascadas, grutas y vegetación.

Entre los enclaves más destacados se encuentra la cascada Cola de Caballo, una espectacular caída de agua de más de 50 metros de altura que deja a los visitantes sin aliento con su belleza imponente. Además, a lo largo del recorrido, se encuentran numerosas cascadas más pequeñas, cada una con su encanto único, como la cascada Caprichosa y la cascada Iris.

EL MONASTERIO DE PIEDRA Y SU HOTEL&SPA

Situado a poco más de una hora de Zaragoza, el Monasterio de Piedra es un espacio singular formado por el Parque-Jardín Histórico, el Monasterio Cisterciense del siglo XIII, los restaurantes Reyes de Aragón y Piedra Vieja, y el Hotel Monumento & Spa Monasterio de Piedra.

Catalogado como Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico y Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, el Monasterio de Piedra cuenta además con la Medalla al Mérito Turístico, concedida por el Gobierno de Aragón en 2011.

El Parque-Jardín Histórico es la joya de la corona del Monasterio de Piedra. Para recorrerlo, hay trazado un recorrido que se adentra en su exuberante naturaleza. Durante el paseo, se transita por caminos y senderos que cruzan cascadas, arroyos, lagos y grutas. Todo ello a la sombra de árboles centenarios y con una excepcional vegetación.

Por su emplazamiento geológico, alimentado por el Río Piedra, el Monasterio de Piedra es un espacio único con una gran variedad de flora y fauna, donde se han llegado a identificar hasta 20 especies distintas de aves.

Otro de los grandes atractivos del recinto es el Monasterio Cisterciense, cuyos muros esconden más de ocho siglos de historia desde su consagración, en 1218. La construcción representa las principales características de la arquitectura de la orden del Císter.

La iglesia, que se conserva semiderruida, es el edificio central, con un claustro anexo en torno al que se disponen las estancias monacales: sala capitular, cillería o almacén, cocina, refectorio y calefactorio. Además, se puede visitar el Museo del Vino D.O. Calatayud, perteneciente a la Ruta del Vino, así como la Exposición de Carruajes y la de la Historia del Chocolate.

EL EMBALSE DE LA TRANQUERA, EN NUÉVALOS

Pero el Monasterio de Piedra no es el único atractivo en el entorno de Nuévalos. En su casco urbano se erigen construcciones, como la Casa del Obispo –actual sede del Ayuntamiento- o la iglesia parroquial de San Julián. En lo más alto del pueblo se alzan los restos de lo que fue una antigua fortaleza, de la que sólo se conserva su torre del siglo XIV.

El otro plato fuerte de Nuévalos es su embalse. La Tranquera ofrece la posibilidad de pasar un día de pesca y practicar otros deportes acuáticos.