Piedra, madera, antigüedades de la familia, ingredientes de kilómetro cero… Estas son algunas de las claves que explican el éxito de Casa Martón, un restaurante familiar situado en el Valle de Tena que abrió sus puertas en 1978 y que combina un interiorismo exquisito y un recetario basado en la comida tensina que es pura maravilla.

Este asador típico tensino situado en la plaza de Sallent de Gállego, a orillas del río, es la esencia de la gastronomía montañesa ofreciendo sabores de antaño aunque totalmente actualizados. Productos autóctonos, verduras naturales, carnes de vacuno y buey hechos en leña…

UN INTERIORISMO QUE PLASMA LA ESENCIA DE LA FAMILIA MARTÓN Y DEL PIRINEO

Los materiales naturales y los colores tierra dan calidez al ambiente / Casa Martón BaconStudio

Del interiorismo para renovar este restaurante se encargaron las arquitectas Lorna de Santos y Marta Badiola, creando un ambiente íntimo y rural, pero moderno y sofisticado plasmando la identidad de la familia propietaria, y también de las montañas que rodean a este restaurante gracias al color de la piedra y la madera, que permiten dar un aspecto cálido y acogedor a los espacios.

El restaurante se compone de una serie de salones con distintos ambientes en los que reinan los materiales naturales, las antigüedades de la familia y la reutilización de los materiales. Como ejemplo, la piedra de la antigua fachada forma parte de la barra, o la antigua tarima del suelo que fue utilizada para hacer el techo de uno de los comedores.

Los lavabos son bebederos de piedra / Casa Martón BaconStudio

También destacan los bebederos de piedra que ha sido convertidos en lavabos. Para dar el toque de modernidad, hay elementos clásicos del diseño como las sillas de Hans J. Wegner CH24, conocida popularmente como Wishbone.

Además, en la casa conservan la Torre de los Martones que data de los siglos XIV-XV. Se puede ver en ella una puerta y una ventana gótica germinada con arcos conopiales y saeteros.

QUÉ COMER EN CASA MARTÓN

La carta de Casa Martón es variada / HA

La carta, basada en la cocina tradicional del Valle de Tena, está elaborada con alimentos autóctonos y de kilómetro 0. Y eso, se nota en el resultado de los platos que van desfilando por las mesas de las distintas salas. Para compartir, hay propuestas como la sardina ahumada con ajo blanco y aceite Shio (Huesca), el tartar de trucha del Cinca con gelatina de gintonic o el bloc de pato.

También hay productos de matanza, como longaniza, o la morcilla, además de paté casero. Y si prefieres una ensalada, hay varias propuestas como la ensalada de tomate rosa Elarte con anchoas y queso de Oveja del Valle d’Oss. La menestra de verduras naturales también es una opción estupenda para los que quieren comer saludable, junto a las borrajas naturales con gambas.

Llegados a este punto, es el momento de pedir lo que son los platos estrella de Casa Martón: los entrecottes, lomos y solomillos a la brasa. Tampoco hay que olvidarse de las costillas de cordero aragonés. La carta prosigue con la tortilla de cebolla caramelizada en vino rancio, patata, crema tartufata y foie, los huevos rotos trufados con boletus, o un plato tan delicioso como sorprendente: las manitas deshuesadas rellanas de trufa, boletus y foie. Si prefieres pescados, tienes opciones como la merluza al estilo orio o el lomo de bacalao con crema de piquillos. Y para acompañar todos estos platos, nada mejor que un pan como los de antes, elaborado en el propio Sallent.