El rey Felipe VI ha realizado una inesperada visita a Zaragoza, coincidiendo con el primer mes de estancia de la princesa Leonor en la Academia General Militar de la ciudad. Durante su estancia, el monarca decidió deleitarse con la exquisita propuesta gastronómica de uno de los restaurantes más renombrados, Tajo Bajo, liderado por el chef que siempre apuesta por lo más castizo y aragonés Rubén Martín.

Ubicado en la emblemática Plaza del Pilar, Tajo Bajo es conocido por su propuesta culinaria que fusiona la tradición aragonesa con toques contemporáneos. «Ha sido un auténtico honor recibir a Su Majestad el Rey Don Felipe VI y que haya disfrutado de platos tan representativos de nuestra cocina, como la Croqueta de borraja o nuestro Tataki Baturro», destacó el restaurante en una publicación en su cuenta oficial de Instagram.

El gesto de cercanía de Felipe VI no terminó en la mesa. Antes de marcharse, dejó una entrañable dedicatoria en un plato del establecimiento: «Saludos a todos en Tajo Bajo, con todo mi afecto».

La degustación real incluyó una variedad de platos que destacaron la riqueza y diversidad de
la gastronomía aragonesa. Entre ellos se encuentran: croqueta de borraja, Gyozas de Ternasco de Aragón con calabaza y miel, Arroz cremoso de boletus, longaniza de Graus y foie, Alcachofitas fritas con crema de jamón de Teruel y corteza de cerdo, además de cecina de vaca con queso patamulo y aceite de trufa.

Los vinos que han acompañado la experiencia gastronómica, han sido vinos de bodegas Laus, añadiendo un toque aún más autóctono si cabe, a la velada.

La visita del Rey a Zaragoza y su elección de Tajo Bajo para una comida destacan la importancia y el reconocimiento que la cocina aragonesa está ganando a nivel nacional, con propuestas que combinan tradición y modernidad en perfecta armonía.