Hecho, o Echo en lengua chesa, es uno de esos pueblos aragoneses que parece sacado de una postal. Tras llegar por una carretera enmarcada por bosques, campos, y con las altas cimas de fondo, esta localidad del Pirineo Aragonés es ideal para perderse por sus calles empedradas, disfrutar de las fachadas de sus casas, y de los escudos que hablan de su rico pasado.

Tampoco podemos olvidarnos de sus tejados, o de sus icónicas chimeneas, además de las excursiones cercanas a sitios como Siresa o la Selva de Oza. Pero hoy no queremos hablar de las maravillas patrimoniales o naturales de este entorno de los valles occidentales del Pirineo Aragonés. Hoy, queremos fijar nuestro foco en lo bien que se come en este pueblo. Porque además de direcciones históricas que aparecen en todas las guías y medios, como el restaurante Gaby de Casa Blasquico, hay direcciones mucho menos conocidas a nivel mediático, aunque llevan también varias décadas ofreciendo cocina con mayúsculas. Este es el caso del restaurante Canteré.

Alfredo y Mónica están al frente de este restaurante cheso / Canteré

Este restaurante, a cuyo frente están el chef cheso Alfredo García Lagrava (se ha labrado su carrera en restaurantes como Lillas Pastia o Martín Berasategui) y su mujer Mónica Santafé Urriens (quien se encarga de poner orden y cuidar los detalles para que los comensales puedan disfrutar de una experiencia inolvidable), ofrece una cocina sólida y pegada a la tradición culinaria montañesa, pero sin dejar de lado la experimentación y la vanguardia.

De hecho, el restaurante tiene el distintivo Bib Gourmand que la Guía Michelin concede a los restaurantes que ofrecen comida rica a un precio asequible, y lleva abierto desde 1999, cuando Alfredo y Mónica decidieron cambiar de vida y abrir este negocio.

El menú con 7 pases o la carta recogen las propuestas de este restaurante / Cantaré

El restaurante se sitúa en una antigua casa chesa, y cuenta con un acogedor comedor de ambiente rústico y aires minimalistas y una cuidada iluminación en el que sirve una carta llena de productos de proximidad, y a precios muy competitivos. A medio día, hay un menú de siete pases que va cambiando según la temporada y que cuesta tan solo 39 euros. Entre las delicias, y para empezar, hay migas chesas y encurtidos, carpaccio de presa, Lasaña de pasta fresca con verduras y boquerones y Arroz meloso ibérico y calamar.

Después, viene el plato principal a elegir, con propuestas como la terrina de Cordero con bizcocho de romero (es pura delicia), el bacalao con gratinado de usones (una de las setas más demandadas), la costilla de ternera a baja temperatura con salsa barbacoa, o el lagarto de bellota al vino tinto con aguacate.

De postre, el menú contempla dos pases cuya sola lectura ya provoca la apetencia: la Tarta de requesón y café, y el Flan de huevo ecológico, plátano y crumble de moscabado. En lo que respecta a la carta, está compuesta igualmente por platos elaborados con ingredientes que provienen de agricultores y ganaderos locales.

Y salvo excepciones como el foie fresco, manzana y caramelo de P. Ximenez, o el solomillo vaca, la mayor parte de los platos oscilan entre los 9 y los 20 euros. Además, en invierno también tienen un menú Olla Jacetana, en el que el los protagonistas son los boliches, las legumbres típicas de nuestra Comunidad. Una especialidad que aunque es un plato invernal, también puedes encontrarlo en la carta habitual.

Dirección: Calle Aire, 1. Tfno: 974 37 52 14