Si bien la producción de Solo de Croquetas es artesanal y a pequeña escala, la alta demanda de croquetas listas para consumir ha acelerado la apertura de más tiendas de recogida y puntos de venta.  Cada lunes, Solo de Croquetas renueva el stock de croquetas en la web. Hay especialidades que se acaban en horas, como las croquetas de oreo y chocolate blanco.

Se destacan por ofrecer más de 30 variedades, sin gluten, y contar con una representación gastronómica de cada Comunidad Autónoma en forma de croqueta, con sabores tan originales como la croqueta de cachopo asturiano, la croqueta de mojo picón canario y por supuesto la clásica de jamón ibérico de Monesterio entre otros. El envío se realiza a toda la península a través de su tienda online. 

“El proceso para elaborar croquetas de sabores tan curiosos, pasa por detectar las tendencias gastronómicas del mercado, convertirlas en croquetas -todo puede ser croqueta-, testear los nuevos sabores en los restaurantes propios de Solo de Croquetas y, una vez listos, lanzar al ecommerce”, comenta Eduardo. 

Si bien Solo de Croquetas se destaca por la venta online, la idea de contar con un sitio físico fue para ofrecer a los amantes de este tradicional plato una experiencia única: un menú degustación de 8 croquetas diferentes (6 saladas y 2 dulces), denominada “las Cro-catas”, con maridaje de vinos, copeo y con la opción de compartir añadiendo una ración más a elegir.  Los restaurantes están ubicados en Madrid, específicamente en la calle Echegaray 5, Barrio de Las Letras y en la Avenida Reina Victoria 15. 

Al igual que una suscripción a plataformas de streaming propone a sus clientes un pago mensual con el que recibirán una caja de 12 sabores y así ir descubriendo, mes a mes, las novedades de este local. Hay más de 30 opciones para elegir, o bien, para dejarse sorprender. 

Precio de la suscripción: 20 euros mensuales por una caja variada de 12 croquetas al mes, con entrega a domicilio.