Mientras Europa se engalana con sus mercadillos navideños, España no se queda atrás, presentando uno de sus tesoros más preciados: el Mercadillo de Santa Llucía en Barcelona. Este mercadillo, el más antiguo de España con una historia que se remonta a 1786, se erige cada año en los alrededores de la Catedral de Barcelona, convirtiéndose en un destino imperdible para estas fechas.

Ubicado en el Pla de la Seu y la Avenida de la Catedral, el mercadillo abre sus puertas este año desde el 24 de noviembre hasta el 23 de diciembre, manteniendo la tradición de estar siempre disponible el 13 de diciembre, día de Santa Lucía. Con más de 200 puestos distribuidos en cuatro secciones principales: pesebres y figuras, verdes y vegetación, artesanía y música, el Mercadillo de Santa Llucía ofrece una variedad única de productos y experiencias.

Para los amantes de los belenes, la sección de pesebres y figuras es un paraíso donde encontrarán desde el tradicional ‘caganer’ hasta decoraciones excepcionales para árboles de Navidad. Los artesanos de belenes disfrutarán de la sección de verdes y vegetación, que ofrece musgo, corcho, eucalipto y más para completar sus escenas navideñas.

Los visitantes interesados en artesanías variadas podrán explorar la sección de artesanía, que ofrece desde ropa y objetos decorativos hasta joyería. Y para los amantes de la música navideña, las casetas musicales serán el lugar ideal para hallar panderetas y zambombas.

Este 2023, el mercadillo brilla con una decoración especial que incluye más de 15 árboles navideños iluminados. Además, se ha organizado una zona de actividades con exposiciones de pesebres, pasacalles, bailes y talleres de artesanía navideña.

El Mercadillo de Santa Llucía no es solo un punto de venta, sino una experiencia cultural y festiva que refleja la esencia de la Navidad en España.

Abierto diariamente de 10 de la mañana a 9 de la noche, se recomienda visitarlo tanto de día para evitar aglomeraciones como de noche para disfrutar de su mágica iluminación. Este mercadillo no solo es un emblema de Barcelona, sino también uno de los más importantes de Europa.