El mundo de los apellidos es un reflejo fascinante de la diversidad y la historia de nuestras regiones. Aunque los apellidos de origen aragonés pueden no ser tan instantáneamente reconocibles como algunos de otras regiones, su riqueza es igualmente notable. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha identificado los apellidos más comunes de origen aragonés en toda España, y entre ellos se destacan nombres como Gracia, Gascón, Pueyo, Castán, Lacasa, Ara, Allué y Escartín. Pero la lista no termina ahí; nombres como Ballarín, Puértolas, Lanau, Viñuales, Abadías, Broto y Gállego también forman parte de la rica herencia apelativa de Aragón.

En esta selección de apellidos, Gracia encabeza la lista con más de 60.000 personas que lo llevan como primer o segundo apellido en toda España. Aunque algunos diccionarios heráldicos sugieren su origen en municipios como Jaca, Benabarre y Barbastro, su presencia se ha extendido a otras regiones con el tiempo. Detrás de Gracia, Gascón y Pueyo también figuran con 19.365 y 10.171 portadores, respectivamente.

Sin embargo, rastrear el origen exacto de un apellido puede ser una tarea compleja. La historia heráldica a menudo se entrecruza con dificultades para determinar su primer surgimiento. Algunos apellidos pueden haberse originado en diferentes casas de municipios lejanos en la misma época. La migración y los matrimonios a lo largo de los siglos también complican la construcción de un árbol genealógico claro.

Por ejemplo, el origen del apellido Royo es tema de debate, ya que algunos sostienen que se originó en Navarra mientras que otros afirman que es de origen aragonés. El apellido Blasco, presente en todo el país, también ha sido objeto de discusión sobre su origen, con algunas teorías apuntando a la Jacetania y otras a Navarra. Muchos de estos apellidos comparten la terminación «-ez», común en Aragón y toda España. Esta terminación se utilizaba en la Edad Media para denotar «hijo de». Además, varios de estos apellidos tienen un origen europeo, originándose en regiones como Francia o Alemania.

Algunos apellidos, como Martínez y López, tienen un origen patronímico, derivándose de los nombres Martín y Lope, respectivamente. Otros, como Gracia, tienen un origen genuinamente aragonés. Los apellidos de origen germánico también son comunes, como Gómez, que proviene de «Guma», que significa «hombre» en gótico.

Los apellidos nos ofrecen un vistazo a las complejidades históricas y geográficas de las regiones. Tanto los patronímicos como los toponímicos, que derivan de lugares de nacimiento o accidentes geográficos, nos hablan de la diversidad y riqueza de la cultura y la historia aragonesa, así como de su conexión con otras partes de España y Europa.