Todos conocemos la belleza natural de la provincia de Huesca. Pero este paisaje de ensueño también es el escenario de una serie de narrativas que trascienden lo cotidiano para adentrarse en el ámbito de lo paranormal. Historias de apariciones, voces etéreas, luces misteriosas y otros sucesos paranormales en Huesca que afectan a albergues, carreteras, refugios o ermitas conocidas por muchos y que han sido dignas de ser recogidas en el famoso programa de Iker Giménez, Cuarto Milenio.

Uno de los episodios más intrigantes tuvo lugar en el refugio militar de Cerler. Corría el mes de septiembre de 1992 cuando se reportaron extraños sucesos: taquillas que se abrían por sí solas, sonidos y sombras que desafiaban toda explicación lógica, generando una atmósfera de inquietud entre los soldados allí destinados. Y estos fenómenos rápidamente fueron vinculados a un accidente provocado por un alud el 11 de marzo de 1991 en el que fallecieron 9 militares. Habían dormido en ese mismo refugio militar antes de partir hacia la Tuca de Paderna, donde iban a realizar unas prácticas de movimiento en montaña antes de ser atrapados por la avalancha. Un año y unos meses más tarde empezaron los extraños sucesos, principalmente en el secadero, que es donde se depositaron sus cuerpos así como sus pertenencias antes de darles sepultura.

Los testigos aseguran haber visto taquillas que se abrían y cerraban, pasos e incluso sentir que «alguien les seguía». Otro soldado asegura haber visto «una figura humana» al lado de la máquina expendedora. «Al principio empezó con algo sin importancia, como pequeños golpecitos en las ventanas aunque luego la cosa fue a más con susurros y voces». Luces que se encienden, papeleras que se trasladan o puertas que se cierran solas con llaves son otros de los fenómenos que confirman haber sentido. Pese a los desmentidos oficiales publicados en septiembre por el Gobierno Militar de Huesca sobre estos acontecimientos, todavía existe una red de misterio aún no resuelta.

Otro edificio que guarda una misteriosa leyenda es el de El Pueyo de Jaca, en el valle de Tena, un antiguo palacete del histórico del S.XIX y ahora rehabilitado como albergue juvenil. Aquí, se cuenta que una tragedia se abatió sobre una familia de marqueses y su joven institutriz, Celina. Era el día de Todos los Santos, cuando la joven Celina ofreció un concierto interpretando al piano «Pavana para una infanta difunta” de Ravel, su pieza favorita. Y fue un poco más tarde, cuando salió a pasear con los mellizos a su cargo llegando al río Caldarés. Con tan mala suerte que mientras ella descansaba, una ráfaga de viento empujó el carrito de los bebés al río donde perdieron la vida. Ella, rota de dolor, decidió arrojarse al agua y morir con ellos también. La casa fue abandonada, pero no son pocos los que aseguran que en noches tranquilas pueden llegar a escuchar una melodía al piano (que actualmente se encuentra en el recibidor y puede ser visitado), además de los sollozos de bebés por los pasillos.

Un poco más abajo de este lugar, entre Sabiñánigo y Jaca, se encuentra otro lugar misterioso que también se puede visitar. Se trata de la ermita de San Benito de Orante, un lugar especial donde todo aquel que entra asegura sentir unas fuerzas que les hacen alterarse psíquica y hasta físicamente. Su «guardián», Antonio Javierre, sólo te aconseja entrar y dejarte llevar, el tiempo que lo desees. Y puedes elegir estar a oscuras o dejar encendida alguna luz. Pero sobre todo, dejar que le ermita te hable. Y de hecho, las sensaciones son indescriptibles. «Cada vez que la visito lloro, tengo la necesidad de llorar», pero luego sólo siento alivio, explica una testigo.

El Castillo de Loarre, testigo de siglos de historia, no se queda atrás en cuanto a misterios se refiere. En 2019, se llevó a cabo una sesión de grabación de psicofonías que dejó a más de uno con la piel erizada. Las voces captadas en la Torre de la Reina y en otros rincones de la fortaleza alimentaron antiguas leyendas de presencias espirituales, incluyendo la de doña Violante de Luna. La intervención del programa ‘Cuarto Milenio’ ha contribuido a aumentar la fascinación por este lugar, añadiendo una capa más de misterio a su ya de por sí enigmática historia.

Aunque para algunos estos relatos no son más que el fruto de alucinaciones o supersticiones, para otros representan ventanas a realidades aún no comprendidas. Lo cierto es que, sean creencias o hechos, estas historias han calado hondo en la cultura local, invitándonos a mirar más allá de lo visible y a cuestionar lo que damos por sentado.