En un esfuerzo por conseguir aumentar la disponibilidad de viviendas para su compra por residentes o para alquiler de larga duración, el Ayuntamiento de Canfranc, en Huesca, se ha propuesto tomar medidas contundentes para regular el crecimiento descontrolado de los alojamientos turísticos que estaba sufriendo la localidad.

Y un primer paso fue aprobar en pleno el año pasado la suspensión de licencias turísticas, una decisión que ya se ha alargado a dos años e incluso ha quedado plasmado en la modificación de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Sin embargo, sus acciones no se han detenido ahí, y desde ya hace unos meses técnicos municipales, “en los pocos ratos que tenemos libres”, dedican parte de su tiempo en rastrear los portales inmobiliarios en busca de viviendas que estén siendo alquiladas sin la debida licencia, en “una labor de inspección turística”.

“Buscamos por los típicos portales donde sabemos que están publicadas y cotejamos la licencia con el listado oficial de Turismo de Gobierno de Aragón”, explica Fernando Sánchez, alcalde de Canfranc. “Si no tienen licencia pertinente se lo comunicamos tanto a los propietarios como al propio departamento de turismo”. “Nosotros podemos aplicar una sanción municipal de entre 6.000 y 12.000 euros si no comunican el cierre inminente de su actividad o demuestran tener en trámite esa licencia, aunque por parte de Turismo o incluso de Subdelegación del Gobierno podrían tener otro tipo de sanciones”, añade.

Por el momento han detectado 7 viviendas a las que se le ha comunicado una posible sanción.

UNA BOLSA DE VIVIENDAS QUE CONTINÚA CRECIENDO

Paralelamente, el Ayuntamiento ha implementado una bolsa de viviendas de alquiler, que está siendo todo un éxito en los últimos cinco meses. Con siete viviendas ya ocupadas y tres disponibles, además de cinco interesados en alquilar, este sistema está demostrando ser una alternativa viable para aquellos que buscan residir en Canfranc.

“Nosotros damos una serie de ventajas a los propietarios, como son viviendas privadas nosotros les damos una serie de ventajas, como son la realización de todas las gestiones administrativas del contrato, la realización y pago del certificado energético, un estudio económico de los inquilinos y un seguro de impagos”, explica el alcalde. Por su lado, desde el Ayuntamiento exigen a la propiedad un límite de precio razonable. “Somos simples mediadores porque la última palabra siempre la tendrá el propietario”.

Por el momento ya han conseguido cerrar 7 contratos, tienen otras tres viviendas disponibles y otras 5 que seguramente consignan cerrar en las próximas viviendas.

Canfranc se une así a Jaca y Aínsa que ya tomaron otras medidas para acabar con el problema de la vivienda a largo plazo en estas zonas turísticas.