Este viernes, coincidiendo con la festividad de su patrón, San Juan de Dios, los bomberos de Huesca se convirtieron en héroes de la vida real tras llevar a cabo un rescate en la plaza de Europa, en el barrio de San José de la capital oscense. Una niña de corta edad quedó atrapada en el interior de un váter público, desencadenando una operación de salvamento que captó la atención de numerosos ciudadanos.

La alarma fue dada por el padre de la pequeña, quien rápidamente comunicó la situación de angustia: su hija estaba encerrada en un cubículo con puerta metálica y no podía salir. Ante el llamado, una dotación de cuatro valientes bomberos acudió al lugar, donde procedieron a serrar la puerta para liberar a la niña. La escena culminó con la pequeña corriendo a los brazos de su padre, bajo los aplausos y gritos de júbilo de los presentes, quienes no dudaron en celebrar el éxito del rescate.

El operativo de salvamento se llevó a cabo en un día especialmente significativo para el cuerpo de bomberos, quienes además de intervenir en emergencias, celebraban la festividad de San Juan de Dios.

Los actos conmemorativos iniciaron con la recuperación de la tradición de celebrar una misa en la iglesia de Santo Domingo y San Martín, evento al que asistieron la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, miembros de la corporación municipal, el Inspector Jefe de los Bomberos, otros integrantes del Servicio y representantes de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado.

Posteriormente, se llevó a cabo la concesión de honores y distinciones del Servicio de Extinción de Incendios del Ayuntamiento de Huesca, en un acto presidido por palabras del Inspector Jefe del Servicio, Ignacio Farjas. Farjas aprovechó la ocasión para recordar a las víctimas del reciente incendio en Valencia, reivindicar la importancia de la renovación del parque móvil del servicio y felicitar a los galardonados del día.

Las medallas al mérito profesional con distintivo blanco fueron otorgadas a José Ramón Puyuelo Cajal, subjefe de intervención del Speis del Ayuntamiento de Huesca, y a José Antonio Campo López, bombero, ambos reconocidos por su labor extraordinaria y dedicación más allá de las exigencias habituales en operaciones de socorro, rescate y salvamento a lo largo de sus 30 años de servicio.