En el repaso a los centros industriales de la Comunidad más allá de Zaragoza, Sabiñánigo es un caso particular. Desconectada de otros núcleos productivos, a las puertas del Pirineo oscense, se ha erigido en las últimas décadas como un punto clave en los sectores químico y metalúrgico, que han beneficiado su impulso hasta convertirla en la segunda localidad pirenaica más grande, solo por detrás de Jaca.

Sin embargo, y a pesar de proyectos ilusionantes anunciados este mismo año, su tejido productivo atraviesa un bache muy significativo que viene motivado por un bajón en las ventas en dos de sus compañías más importantes: Iberfoil y Ercros.

En el caso de Iberfoil, la compañía perteneciente al Grupo Alibérico, dedicada a la fabricación de bobinas de aluminio de alta calidad, anunció el pasado mes de abril la construcción de su nueva planta en Sabiñánigo, con la creación de 40 nuevos empleos. El anuncio, que coincidió con la visita de la ministra de Ciencia, Diana Morant, supone que la fábrica será capaz de producir 25.000 toneladas de aluminio verde al año.

Sin embargo, estas buenas noticias se han visto emborronadas esta misma semana, en la que se ha anunciado un ERTE de seis meses para el 80% de la plantilla. El expediente de regulación temporal de empleo, pactado entre la dirección y CCOO, afecta a 94 de sus 120 trabajadores, es decir, el 80% y se prolongará desde este 13 de noviembre hasta el 13 de mayo de 2024.

Los motivos esgrimidos por la empresa son la baja demanda y la persistencia de los problemas de materias primas en el sector. No obstante, han solicitado tranquilidad y han informado que los trabajadores cobrarán el equivalente al 85% de su salario, con posibilidad a posteriori de recibir parte de los pagos atrasados.

CAÍDA DE BENEFICIOS EN ERCROS

Este revés en Iberfoil que se espera temporal coincide con otras noticias no muy positivas en el otro gran centro productivo de Sabiñánigo: Ercros. La compañía química ha cerrado los nueve primeros meses del año con un beneficio de 5,68 millones de euros. Esto supone un 88% menos que en el mismo periodo del año pasado.

De nuevo, la compañía achaca la situación a la baja demanda, así como al ajuste de los precios a la baja. Esta distorsión, debida principalmente por las tenisiones originadas por la guerra de Ucrania y las consiguientes tensiones en los precios de energía y materias primas, esperan matizarla de aquí a final de año.

En concreto, desde la empresa han informado que espera cerrar 2023 con unas ventas en torno a los 710 – 720 millones de euros. Asimismo, Ercros mantiene que su situación financiera es sólida, contando con una liquidez de 132 millones de euros.