La Generalitat de Cataluña vuelve a la carga para disponer de agua del río Ebro sin contar con la opinión de Aragón y del resto de comunidades que pertenecen a la cuenca del extenso río, y que las competencias están en manos del Gobierno de España a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro.

En este sentido, para mitigar la sequía que sufre la zona vitivinicola y de olivos del Priorat, la Generalitat quiere ir hasta el final y condicionar un trasvase de 5 hectómetros cúbicos por la relación política actual del independentismo con el Gobierno de Pedro Sánchez.

En este sentido, el consejero catalán de Acción Climática, David Mascort, ha reafirmado su compromiso con los viticultores del Priorat, una comarca tarraconense famosa por sus vinos con denominación de origen. Por parte de la Generalitat se da por seguro que se dispondrá de este recurso y harán lo que haga falta para lograrlo.

En septiembre pasado, Mascort aseguró «todo el apoyo» de la Generalitat frente a los graves efectos de la sequía que azota la región. Sin embargo, antes de que la construcción del trasvase pueda comenzar, es necesario obtener la aprobación de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), entidad responsable de la gestión de la cuenca fluvial del Ebro. Mascort se mostró optimista, señalando que los proyectos parecen ser bien recibidos por la CHE y deberían incluirse en su próxima planificación.

El costo de estas iniciativas está estimado en unos 60 millones de euros, y se espera que entren en funcionamiento en un plazo de tres años. El primer proyecto, programado para completarse en 2026, suministrará agua a la comunidad de regantes del río Montsant.

El segundo proyecto, previsto para 2027, es más complejo y ha generado cierta controversia. Este implicaría trasladar agua del Ebro al embalse de Siurana y, posteriormente, al de Riudecanyes, que no forma parte de la cuenca del Ebro, sino de las denominadas cuencas internas, gestionadas por la Agencia Catalana del Agua (ACA) de la Generalitat.

AZCÓN, EN CONTRA DEL TRASVASE


«El presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha expresado firmemente esta mañana en La Rebotica su oposición a cualquier propuesta de trasvase que implique la extracción de agua de las cuencas aragonesas. La solicitud, proveniente del gobierno catalán, ha sido calificada por Azcón como una doble ‘amenaza’.

Por un lado, Azcón destaca que las reservas hídricas de la cuenca del Ebro no están en condiciones de ser compartidas con otras cuencas. Por otro lado, muestra su preocupación por la posibilidad de que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) apruebe la propuesta solo para asegurar el apoyo político de los partidos independentistas en la administración del presidente Pedro Sánchez en Madrid.

En este contexto, Azcón ha hecho un llamado al PSOE en Aragón, instándoles a pronunciarse con igual firmeza en contra de esta iniciativa para «mantener un frente común en Aragón en este tema, enfatizando que no debe haber división en la postura regional frente a la gestión del agua.»

Pese a la intención de la Generalitat, el plan es delicado, ya que implica un trasvase entre cuencas, una práctica que data de hace casi un siglo, pero que no fue autorizada el año pasado por la ACA debido a la situación excepcional de sequía.