Los campos de fútbol de césped artificial, protagonistas de múltiples campañas electorales municipales durante años, se enfrentan a una severa transformación.

La Comisión Europea ha decidido que, a partir de 2030, ya no se podrá construir campos con césped artificial que utilicen el actual sistema de caucho. La razón es que estas instalaciones son las principales emisoras de microplásticos al ambiente.

En concreto, el inconveniente radica en el caucho derivado de neumáticos reciclados, esas «bolitas negras» que se adhieren a las botas y ropa de los jugadores. La solución no implica el desmontaje de estos campos, sino la transición hacia otros tipos de césped artificial con granulados o materiales alternativos.

En el caso de Zaragoza y de otras ciudades, Europa no exige la eliminación total de los campos de césped artificial, sí prohíbe, a partir de 2030, el uso de granulados de caucho de menos de 5 mm, categorizados como microplásticos.

No obstante, se prevé la continuidad de los campos de césped artificial, pero con la incorporación de granulados o materiales alternativos.

La Comisión Europea continúa su batalla contra la contaminación por microplásticos. Dentro de las regulaciones que buscan erradicar el uso de purpurina, también se incluye la prohibición de estas superficies de césped.

En España, se calcula la existencia de más de 10.000 campos de fútbol, con aproximadamente 400 construcciones o renovaciones anuales. Son la cuna del fútbol amateur y base en el territorio nacional, con el beneficio añadido de requerir un mínimo mantenimiento tras su instalación.

El césped artificial comúnmente utilizado consiste en polietileno, respaldado por una base de poliuretano o látex. Debajo se encuentra una capa de arena y, finalmente, una capa de caucho procedente de neumáticos reciclados, que proporciona la amortiguación deseada.

Sin embargo, este caucho ha sido identificado como una fuente significativa de contaminación debido a la liberación de partículas al aire.

Cabe destacar que las versiones más avanzadas de césped, empleadas por equipos profesionales y denominadas «híbridas», combinan césped plástico con césped natural.

Los municipios y clubes deportivos, como sucede en la ciudad de Zaragoza, que ya cuentan con estas instalaciones, tendrán que adaptarse a las nuevas regulaciones, buscando alternativas más amigables con el medio ambiente y que respondan a las demandas de una sociedad cada vez más consciente de su impacto en el planeta.