En un hito para el mercado inmobiliario español, cuatro ciudades han superado los 6.000 euros por metro cuadrado en el precio medio de venta de viviendas. Según el portal inmobiliario Fotocasa, en diciembre de 2023, localidades de las Islas Baleares y el País Vasco alcanzaron precios récord.

Ibiza encabeza la lista con un precio medio de 6.403 euros por metro cuadrado. Le sigue de cerca San Sebastián con 6.120 euros, Zarautz (Guipúzcoa) con 6.029 euros, y Santa Eulària des Riu (Ibiza), que alcanzó los 6.010 euros en noviembre de 2023, situándose en diciembre en 5.997 euros por metro cuadrado.

Los datos revelan un aumento significativo en los precios en los últimos nueve años. Santa Eulalia ha experimentado un incremento del 152% en su precio medio, pasando de 2.376 a 6.010 euros por metro cuadrado, mientras que Ibiza ha visto un aumento del 110%, de 3.416 a 6.403 euros. En Donostia, el precio ha subido un 47%, y en Zarautz, un 25,5%.

Varios municipios están cerca de alcanzar también esta cifra, entre ellos La Moraleja en Madrid (5.700 euros/m²), Calvià en Mallorca (5.526 euros/m²), Andratx en Mallorca (5.496 euros/m²), Sant Josep de sa Talaia en Ibiza (5.304 euros/m²), Sitges en Barcelona (5.192 euros/m²) y Sant Cugat del Vallés en Barcelona (4.938 euros/m²). Es destacable que el 50% de los municipios con los precios más altos se encuentran en las Islas Baleares.

María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, explica que el notable encarecimiento en las localidades ibicencas se debe a la fuerte demanda turística, especialmente extranjera, con mayor poder adquisitivo que el local. Este fenómeno ha convertido a estos municipios en la milla de oro de las islas, complicando el acceso a la vivienda en una región con escaso stock de vivienda social pública.

En cambio, en el País Vasco, la situación es diferente, con una demanda principalmente nacional y una oferta limitada de viviendas, lo que mantiene los precios altos. Matos señala que actualmente los precios en estos municipios han vuelto a niveles de 2006, previos a la burbuja inmobiliaria, cuando el coste de la vivienda experimentó un notable incremento.