Booking se ha convertido en un líder indiscutible en la reserva de alojamientos, pero su dominio no está exento de problemas. El mismo caso le sucede a Airbnb, el líder de alquiler de apartamentos vacacionales. A pesar de las advertencias y las críticas, sigue siendo la elección preferida para buscar alquileres durante periodos vacacionales. Sin embargo, esta elección a veces puede llevar a situaciones desagradables.

Los inconvenientes en esta plataforma son desafortunadamente comunes. Durante los últimos cinco años, han surgido numerosos casos en los que clientes fueron víctimas de estafas que involucraban datos robados de Booking.com. La información podría haber sido obtenida mediante tácticas de phishing a través de WhatsApp, y casos documentados muestran cómo clientes reciben correos que parecen legítimos, ofreciendo detalles de sus reservas, pero que en realidad son utilizados por ciberdelincuentes para llevar a cabo estafas.

Además, en el caso de Airbnb, la Policía explica que los españoles sitúan los gastos vacacionales y en especial el de los alquileres vacacionales como una prioridad. De hecho, 6 de cada 10 clientes de Airbnb reconocen que en el último año se han vuelto «más selectivos y sensibles» a estos precios.

LAS RESERVAS FALSAS EN BOOKING Y AIRBNB

Una amenaza importante es la de las reservas falsas. Los foros de discusión de Booking contienen varios mensajes en los que clientes alertan sobre estas tácticas. Compañías de ciberseguridad, como ESET, han investigado el funcionamiento de estas reservas falsas. El problema es tan serio que algunos afectados sugieren que los datos de los clientes de Booking no están seguros. De hecho, en 2021, la empresa fue multada con 475,000 euros por no informar a tiempo sobre un robo de datos ocurrido en 2018.

Un caso concreto ilustra esta problemática. Según publicó Diario Vasco, una familia italiana, los Ferracin, hizo una reserva a través de Booking.com para un alojamiento llamado Villa Carmen en Fuenterrabía. Sin embargo, la dirección proporcionada resultó ser incorrecta y no coincidía con ningún lugar real. Preocupados, sospecharon que habían sido víctimas de una estafa. Además, habían recibido un mensaje del supuesto dueño solicitando un pago anticipado de 100 euros, lo que aumentó sus sospechas. Cancelaron la reserva y tuvieron que buscar otro alojamiento a última hora, sin éxito.

A pesar de haber podido finalmente disfrutar de sus vacaciones, la familia Ferracin quedó molesta por la estafa y decepcionada con la respuesta de Booking. Tras cancelar la reserva, Verónica no recibió ningún mensaje de confirmación y decidió cancelarla nuevamente por seguridad. La historia subraya los desafíos que pueden surgir en la búsqueda de alojamiento en línea y cómo la confianza en plataformas como Booking puede verse comprometida por la falta de seguridad y respuesta.