La controversia en torno a la sequía ha puesto el foco en la demolición de presas sin actividad, generando escepticismo pero también resultados tangibles. En España, esta medida se ha debatido ampliamente, pero su impacto va más allá de las fronteras nacionales.

SALMONES EN ESPAÑA

Uno de los casos más destacados es el del río Ugarana en Navarra, donde la eliminación de una presa ha propiciado la llegada de salmones. Esta infraestructura, con más de dos siglos de historia, actuaba como una barrera para el paso de estos peces hacia aguas más altas, dificultando su ciclo vital.

La presa, que dejó de utilizarse en 2012, fue derribada el verano pasado por la Federación de Pesca de Pirineos Atlánticos y la Fundación Nacional de Pescadores. Tras su demolición, los salmones han logrado remontar el cauce del río hasta llegar a Urdax, en Navarra, siendo la primera vez que esta especie se avista en esta área.

La llegada de los salmones es una buena noticia para la conservación de esta especie, catalogada como «casi amenazada» por la IUCN. Su ciclo vital se ve obstaculizado por infraestructuras como presas y azudes, afectando a su población en numerosas cuencas hidrográficas.

LA DEMOLICIÓN DE LA PRESA

A pesar de la controversia, la demolición de presas y azudes en desuso no afecta a embalses destinados al consumo humano o agrícola. Se trata principalmente de estructuras obsoletas que ya no cumplen su función original pero que dificultan el paso de especies acuáticas vitales. Como es el caso del salmón, que dependen de la libre circulación por los ríos para completar su ciclo biológico.

Este caso en Navarra destaca como un ejemplo tangible de los beneficios de la eliminación de obstáculos fluviales en la conservación de especies acuáticas, subrayando la importancia de medidas sostenibles en la gestión de recursos hídricos.