Estella, ubicada en el corazón de la comunidad autónoma de Navarra, es una ciudad que rezuma historia y cultura por cada rincón de sus calles empedradas. Conocida también como Lizarra en euskera, esta ciudad de aproximadamente 13.000 habitantes es un destino imperdible para quienes buscan sumergirse en el pasado y disfrutar de la belleza del norte de España.

El origen de Estella se remonta a la época romana, pero fue en la Edad Media cuando adquirió gran relevancia gracias a su posición estratégica en la ruta del Camino de Santiago. Esta ciudad se convirtió en un importante enclave para los peregrinos que se dirigieron a Santiago de Compostela, lo que contribuyó al desarrollo de su arquitectura y cultura.

Uno de los tesoros más valiosos de Estella es su arquitectura monumental. La ciudad cuenta con un impresionante conjunto de iglesias, conventos y palacios que muestran la riqueza artística y religiosa de la zona. Entre los destacados se encuentra la Basílica de San Pedro de la Rúa, un ejemplo magistral de la arquitectura románica, y el Palacio de los Reyes de Navarra, un edificio gótico que evoca la majestuosidad de la realeza medieval.

Estella también es famosa por sus festividades y tradiciones arraigadas en la comunidad navarra. Las fiestas patronales de San Andrés son un momento culminante, con desfiles, música y actividades para todas las edades. Además, la gastronomía local es una delicia para los paladares más exigentes, con platos como el cordero asado y la chistorra.

Los alrededores de Estella ofrecen un paisaje natural espectacular. El Parque Natural de Urbasa-Andía, a pocos kilómetros de la ciudad, es un lugar perfecto para practicar senderismo y disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. Los amantes del enoturismo también encontrarán en la región numerosas bodegas donde degustar los vinos de la denominación de origen Navarra.