La pandemia nos trajo algunos aprendizajes, entre ellos que la salud mental tiene que formar parte de nuestra lista de prioridades. Desde entonces, se han llevado a cabo muchas campañas de concienciación a la población adulta y menor para hacer visible y normalizar pedir ayuda cuando algo no va bien. Aunque a raíz de esto también hemos aprendido a normalizar que también es igual de necesario acudir a un profesional cuando se está bien, como una forma de buscar la mejor manera de gestionar situaciones cotidianas que nos pueden generar estrés o, en casos más graves, ansiedad.

Hoy, 10 de octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental, y por ello desde el Instituto Aragonés de la Ansiedad nos cuentan algunas de las cuestiones más tratadas en consulta, además de cómo poder identificar la ansiedad, un tema al que cada vez se le dedica más atención por el aumento de casos en todas las edades.

Cada vez es más común acudir al psicólogo como un medio de «recuperar el equilibrio y el bienestar emocional», nos cuentan desde el Instituto Aragonés de la Ansiedad, sobre todo entre los más jóvenes, donde han visto también un aumento de las consultas a raíz de la pandemia.

Son muchos los temas que pueden causarnos malestar o ansiedad, y a veces podemos sentir que solo nos pasa a nosotros únicamente. La realidad es que a la mayoría nos preocupan temas parecidos. Nuria y Ana Cruz, del IAA, nos explican que uno de esos temas son las relaciones sociales, «incluyendo la gestión y/o el impacto de las redes sociales y el miedo a la soledad».

Otro de los temas que más preocupan es el tema laboral, no encontrar trabajo o estar sobrecargado y «no saber poner límites y conciliar con el resto de las áreas (familiar, personal…)». Aunque si hay un tema que siempre aparece en consulta «y que suele estar detrás de todos los demás», en lo que ansiedad se refiere, es «la exigencia, el perfeccionismo, la rigidez o la insatisfacción».

En una sociedad que cada vez va a un ritmo más rápido, que las 24 horas del día parece que son pocas y que la agenda laboral y familiar está repleta de ‘quehaceres’, es difícil no llegar a colapsar en algún momento. La sobre productividad es una forma que tenemos nosotros mismos de boicotearnos, ya que a veces podemos llegar a sentir que no hacer nada está mal. Para el IAA, «va en contra de la naturaleza humana. Es una  fuente de estrés y, a la larga, causa de enfermedad física y mental. El trabajo tiene que ir acompasado de descanso y desconexión».

Además nuestro cuerpo es inteligente y nos avisa de que algo no va bien o está desajustado. ¿Cómo podemos detectar un posible brote de ansiedad? Se pueden enumerar una serie de pistas que nos puede dar el cuerpo cuando está llegando a ese momento, «como dificultad para dormir, para la concentración, irritabilidad, labilidad emocional, desmotivación, dolor de tripa, de cabeza, presión en el pecho, sentimiento de inseguridad y vulnerabilidad, mente inquieta, ideas obsesivas, etc».

Aunque desde la Sanidad Pública cada vez se estén poniendo más medios y ayudas para paliar las consecuencias, una de cada cuatro personas siguen presentando problemas de salud mental.