Raúl trabaja parte del tiempo delante de su ordenador, en la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía Nacional en Zaragoza. Si hay algo de lo que sabe este experimentado policía es de pedofilia. “¿Ves todas estas carpetas que tengo en la mesa? Son de casos de pedófilos, la mayoría en Aragón”, me dice.

Delante de sus ojos han pasado todo tipo de horrores gráficos. Vídeos y miles de fotografías de menores desnudos y practicando todo tipo de actos que satisfacen el sadismo de los más depravados.

¿Lo hacen por dinero? Le preguntamos. Su respuesta es pausada y contundente: “No. En países asiáticos dejan a los niños un tiempo con cuidadores y en ese espacio de tiempo, por dinero, les dejan hacer con ellos determinadas cosas. Estos hechos sí que tiene un componente económico”, relata.

Lo que nos quiere decir es que en España la red de pedofilia, cerrada y llena de “pruebas de vida” para que no haya “espías” ni filtraciones, es puramente sexual. “Es muy complejo infiltrarse, pero eso también es parte de nuestro trabajo. Te piden “pruebas de vida”; que les mandes imágenes o vídeos de tu cosecha, que hayas conseguido tú de niños a los que extorsionas”. Y eso, como bien explica Raúl, es delito. «Se hace siempre bajo tutela judicial y controlado por el juez investigador», añade.

Este policía habla también del grado de satisfacción de estos pedófilos, de su deseo de engañar a menores para sacarles fotos comprometedoras “Cuando ya tienen una en bañador o ropa interior se podría decir que lo tienen ya enganchado. Algunos que hemos detenido llegaban a tener una decena de niños o más a la vez extorsionados”, asegura.

Un pedófilo al que fueron detener a Cádiz tenía una amplia red de niños a los que chantajeaba. “Muchos de ellos eran de Aragón. Los enganchaba mediante un juego. Y no hablamos de familias desestructuradas, sino de núcleos familiares sin aparentes problemas”, asegura.

¿VENÍS POR LO DE LAS NIÑAS DE MI MARIDO?

Otro de los casos que más recuerda Raúl fue, como él explica, el de un pequeño pueblo de Teruel. “En la mayoría de los casos de pedófilos, el entorno no tiene ni idea de lo que hace. Ni el marido, ni la mujer, ni nadie. Pero hay excepciones”, afirma Raúl.

Uno de los casos que tuvo una cierta repercusión mediática no solo en Aragón fue el de un hombre, como ya hemos anticipado, al que detuvieron en un pueblo de Teruel. “Fuimos de paisano, como hacemos siempre, sobre todo en pueblos, para no llamar mucho la atención. Al llegar nos encontramos con su mujer que nos digo lo siguiente: ¿Venís por lo de las niñas de mi marido verdad? Ya le dije que eso le traería problemas. Nos quedamos de piedra”, recuerda. “Era un hombre peculiar que tenía más problemas aparte del consumo de vídeos y foto de pedofilia; un caso diferente”, añade.