Siguen saliendo a la luz nuevos detalles del crimen de la calle Boggiero, en el barrio zaragozano de San Pablo, y en el que falleció de manera violenta Mariana. El atestado policial bastó para que la juez instructora mandase a prisión a J.M.O.C., único detenido por el crimen.

Veinticuatro horas después de su ingreso en prisión, la única visita que ha recibido ha sido la de sus abogados, Luis Ángel Marcén y Carmen Sánchez. Según ha podido saber HOY ARAGÓN, el presunto homicida insiste en su inocencia.

Asegura que fueron cuatro personas las que violaron y mataron a Mariana, la mujer búlgara de 40 años de edad que, como el acusado, vivía en la indigencia. Asegura J.M.O.C. que no la conocía y que la vio después, moribunda, y no dudó en acercarse a ella.

«Me pidió un cigarro y unas monedas y me acerqué a ella y le limpié la sangre que tenía», es lo que repite y lo que dijo a la policía minutos antes de que lo detuvieran. «Los autores son jóvenes y los conozco porque consumen drogas cerca de la Plaza de Santo Domingo», insistía delante de al menos 8 agentes de policía.

No se arrepiente porque, dice, no ha hecho nada malo. Recuerda desde prisión que se acercó a los agentes a contarles lo sucedido y no huyó. «Le he limpiado la sangre de la cara con un pañuelo. Estuvimos hora y media juntos», asegura.

Lo cierto es que el atestado policial da otras pistas sobre este trágico suceso. Por ejemplo, los restos de sangre de Mariana y las huellas de arrastre en la segunda planta del número 152 de la calle Boggiero, donde supuestamente vivía de okupa el ahora detenido.

LLANTO Y MIRADA FRÍA

Este periódico digital ha podido saber después de consultar varias fuentes que durante su declaración ante la jueza lloró mientras insistía en su inocencia. Algo que ha vuelto a repetir desde la prisión de Zuera.

Respecto al otro homicidio que se le imputa y que tuvo lugar el pasado 14 de marzo, asegura que conoció a la víctima pero que no hizo nada. Dice que que se cayó por el hueco del ascensor de la casa en obras que habían okupado y se rompió el cuello.

El acusado genera dudas aunque el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Zaragoza lo tiene claro. La clave ahora estará en conocer la autopsia de las víctimas con detalle para saber las causas de la muerte. Ya adelantó la policía en su informe que Mariana podría haber fallecido al caer de una cierta altura.

El acusado contó muchas cosas a la policía en la calle Boggiero, algunas sin sentido y sin ser preguntado. Todas para colocarse fuera del foco, aunque al final, debido a estas mismas contradicciones, la policía acabara deteniéndolo.

El llanto en prisión también contrastaba con otra aptitud más fría. Con una mirada fija y sin temblarle el pulso aseguraba que no se puede arrepentir de algo que no ha hecho. Las pruebas darán luz sobre un caso que de momento tiene un solo presunto culpable que va a continuar en prisión.