Nos recibe Luisa con su madre, María del Carmen. Esta última ha llegado desde otro punto de España con su marido, donde viven hace años. «De hecho mi hijo Jorge nació en Huesca y era aragonés», cuenta esta madre.

Han pasado casi dos años desde que Jorge, con apenas 19 años, el 24 de mayo de 2021, perdiese la vida tras recibir un puñetazo que el propio agresor reconoció en el juicio como «golpe mortal». «Solo le dijo no te metas; ¿Y por eso vas a hacer daño a alguien?», insiste María del Carmen, la madre de la víctima.

Esa noche en un local de la calle Dato, Jorge hablaba con su ex pareja, con quién coincidió, ante la atenta mirada del que sería su agresor, Iván, un hombre veinte años mayor que y padre del hijo de la ex novia de Jorge.

En un momento dado ambos discutieron a la salida del local y Jorge acabó en el suelo inconsciente. «A tu hermano le han pegado, me dijeron. Luego supe que estaba en coma y a partir de ahí me temí lo peor«, recuerda Luisa, hermana de Jorge.

«¿La vida de Jorge vale tan poco? Ya no vamos a poder abrazarle, besarle ni tenerle nunca más. Seguimos aprendiendo a vivir sin él pero es muy duro», replica entre lágrimas Luisa, agarrada a la mano de su madre.

Esta semana a tenido lugar el juicio contra el agresor de Jorge. Tanto el abogado de la familia Villamil como el fiscal han pedido la máxima pena, cuatro años de prisión, por homicidio involuntario. «Se ha reducido mucho la pena del delito porque dicen que no había intencionalidad ni actuó con alevosía. ¿Tu crees que una persona que sale con una botella de cristal escondida en la manga como se vio las imágenes de una cámara no va a hacer daño a alguien?», insiste Luisa.

«ESTOY PRESO, PERO NO MUERTO»

Si hay algo que produce rabia en esta familia es la reacción del agresor. «Yo tengo una carta que escribió estando en la cárcel en la que dice que prefiere estar preso y no muerto. ¿Qué burla es esta y que daño hace a mi familia?«, se sincera Luisa.

El agresor de Jorge estuvo unos meses en prisión preventiva y pagó una fianza de seis mil euros para salir. «En la calle colgaba en redes que estaba en fiestas, disfrutando, sin que nada le importase… Ese dolor lo llevamos por dentro; nadie que se considere una persona normal podría hacer algo así», dice Luisa.

Ahora habrá que esperar la sentencia del juez, que no va a aliviar el dolor de una familia que ha perdido a uno de sus miembros. «Pido a la justicia que sea justa. Yo ya no tengo hijo, tan solo quiero recuperar la dignidad de los míos», sentencia entre lágrimas María del Carmen, madre de Jorge Villamil.