El cartel que ha colocado en la puerta lo dice bien claro: «cerrado por vacaciones hasta el próximo 18 de septiembre». Y es posible que las vacaciones del dueño del bar ‘Imperio’, antiguo ‘Cubetazos’ se alarguen indefinidamente.

Sobre todo después de que el pasado lunes, la Policía Nacional, en un nuevo operativo contra este conocido local por su gran historial delictivo, detuviera a dos personas de origen colombiano y se incautara de más de cuatro kilos de cocaína que guardaban en un trastero y un local cercanos.

Lo llamativo de esta última operación es que ya hubo otra hace apenas unos meses en la que unidades policiales de la Comisaría de Delicias intervinieron, de nuevo por un delito contra la salud pública y esta vez haciendo entrada y registro en el mismo bar. Ardennis, en teoría propietario del local, y su padre fueron detenidos entonces por posesión de cocaína.

No es la primera vez que la Fiscalía pide cárcel para este joven dueño del que pudiera ser uno de los locales más conocidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Zaragoza. En 2022 ya fue detenido por vender estimulantes sexuales en su local a los clientes que lo solicitaban. Una bar reconvertido en tienda de la droga que, según fuentes cercanas al local, lleva años dedicado a estas actividades delictivas

El historial de este local no tiene desperdicio. En su interior se han producido peleas multitudinarias; una de ellas, en 2017, acabó con la detención de más de nueve personas que se enfrentaban a puñetazos y navajazos en la Nochebuena de hace 6 años.

«SE LIÓ A TIROS EN EL BAR»

Además del tráfico de droga y de las peleas, en este bar ha habido hasta tiros., De hecho, en febrero de 2020, un hombre, tras una disputa, disparaba contra otro cliente del bar cuando éste salía del baño. Llegó incluso a encañonar tras disparar varias veces al dueño, Ardennis, pero varios clientes se lanzaron contra él y lo redujeron.

Fue condenado a siete años de prisión por intento de homicidio; las huellas de los disparos permanecieron durante meses en las paredes de este local de la calle San Rafael, en el barrio zaragozano de Delicias. Si las paredes del bar hablaran, dicen los vecinos, contarían otras muchas historias que ellos han presenciado y que prefieren olvidar. Ahora esta cerrado, y su dueño, de nuevo, en busca y captura por la policía. Hay quien piensa que no va a regresar y se tomará una larga temporada de vacaciones, como reza el cartel.