A Vanesa M. y a Cristian L. no les ha servido de mucho jugar al despiste ni culparse mutuamente de la tortura sistemática y la muerte de la pequeña Laia tras meses viviendo, como explicaron los forenses, en un ambiente «infernal».

Ahora el magistrado Alfonso Ballestín será quien imponga la pena, que con los agravantes y condicionantes, se acerca a una posible pena de Prisión Permanente Revisable. La sentencia podría darse en los próximos días y ambos acusados ya la esperan en la cárcel de Zuera, de la que podrían no salir en los próximos 25 años.

«Quisieron matarla y no hicieron nada por salvar la vida de la niña», ha insistido el jurado a través de su portavoz. La alevosía y el ensañamiento, con más de un centenar de heridas que tenía la niña a lo largo de su cuerpo, también han sido considerados por el jurado popular.

Culmina así un juicio que ha durado casi una semana y donde tanto testigos, como policías y forenses han insistido en la «cárcel» en la que vivía Laia, bajo la tutela de una madre que la vejaba, castigaba sin motivación alguna y torturaba.

Incluso los médicos que le hicieron la autopsia llegaron a apreciar restos de cocaína y otras drogas en su cuerpo, que presuntamente su madre y la pareja de su madre le suministraron. Especial hincapié hizo en el juicio el responsable de homicidios de la Policía Nacional al insistir en la humillación que sufrió la niña cuando la colgaron de una percha a dos metros del suelo.

CUARTO CASO DE PRISIÓN PERMANENTE

Si el juez fijase como sentencia la prisión permanente sería la cuarta vez que se da en Aragón, tras el caso del parricida de la Almozara, el tío de Naiara e ‘Igor el ruso’. Tres casos en los que el jurado vio una clara indefensión de las víctimas, como en el caso de la pequeña Laia.

Muy claro lo han tenido los nueve del jurado en este caso en el que los acusados se enfrentan a más de 25 años de prisión, donde llevan internos desde el pasado mes de enero de 2021, la noche en que encontraron a Laia sin vida, a pesar de que su madre consideró que no estaba tan mal y por eso ni siquiera llamó a los sanitarios.