En un incidente ocurrido recientemente en el Hospital Clínico de Zaragoza, un hombre fue detenido por la Policía Nacional después de un violento altercado en la sala de urgencias. Este individuo, padre de un bebé de 14 meses, agredió a un enfermero al estrangularlo y arrojarlo contra la pared.

El profesional de la salud, de 30 años, sufrió múltiples lesiones en la cabeza, la espalda y la rodilla, lo que requirió atención médica y le impidió continuar su turno. Posteriormente, se le otorgó una baja médica debido a la ansiedad que experimentó como consecuencia de la agresión.

El incidente, según informa Heraldo de Aragón, tuvo lugar alrededor de las cinco de la tarde del 29 de septiembre, cuando el enfermero, identificado como ERR, junto con sus compañeros, estaba atendiendo al bebé y se preparaba para realizar una analítica.

Durante el procedimiento, el niño comenzó a moverse, lo que dificultó la extracción de sangre en el primer intento. Ante la situación, la madre decidió esperar fuera de la consulta debido a su nerviosismo. Sin embargo, en ese momento, el padre del bebé entró en la sala, provocando una serie de problemas.

El enfermero relató que intentaron calmar al hombre, pero fue inútil, ya que comenzó a cuestionar su trabajo, profirió insultos y se mostró agresivo. Ante la amenaza percibida, el sanitario informó al padre que debía llamar a la Policía Nacional.

El hombre respondió con más amenazas, indicando que lo esperara afuera. Cuando el enfermero intentó contactar a seguridad, el agresor lo atacó, agarrándolo del cuello y lanzándolo contra la pared. Una compañera del enfermero tuvo que salir al pasillo en busca de ayuda.

Afortunadamente, varios compañeros y un responsable de seguridad acudieron rápidamente, seguidos por la Policía, que arrestó al agresor. El enfermero agredido tuvo que someterse a radiografías y otras exploraciones para evaluar sus lesiones, que afortunadamente resultaron ser contusiones y heridas superficiales.

Estos incidentes de violencia contra profesionales de la salud son cada vez más frecuentes, lo que genera preocupación en el sector de la asistencia sanitaria. La mayoría de las veces, estas agresiones se limitan a amenazas y violencia verbal, lo que a menudo queda impune, generando un sentimiento de impunidad entre los agresores.

En este caso, el padre del bebé, identificado como ELP, de 33 años y de nacionalidad española, fue detenido y enfrenta cargos penales por atentado a la autoridad debido a la agresión al enfermero mientras este ejercía su trabajo en la sanidad pública.

La ley considera atentado aquellos actos que afectan a la autoridad o a sus agentes cuando están en pleno ejercicio de sus funciones, lo que incluye a los profesionales de la salud.