La Fiscalía pedía hasta 9 meses de prisión el pasado mes de junio a un hombre de 20 años por masturbarse en un autobús urbano de Zaragoza delante de una menor. Sin embargo, el reconocimiento de los hechos por parte del autor de los hechos y el pago de una indemnización inicial de 200 euros hizo que Fiscalía dejará el hecho en una falta que se podrá redimir con el pago de poco más de 2.000 euros.

Es a lo que podría enfrentar el hombre que este pasado fin de semana, en las conocidas como piscinas de La Bombarda, era detenido por la Policía Nacional por mostrar y tocarse los genitales delante de un grupo de menores de edad.

Es el último episodio de exhibicionismo de una lista que en los últimos meses ha ido dejando casos que afectan a las víctimas, más en lo psicológico que en lo físico. Un mes antes de la sentencia de Fiscalía contra el hombre que se masturbaba en el autobús, otro presunto exhibicionista se sentaba en el banquillo de los acusados en Zaragoza.

Sucedió en las duchas de «El Huevo». Un joven denunciaba que un hombre se metía en las duchas mientras él estaba dentro y se masturbaba intentando que la víctima no se diese cuenta. No fue un hecho aislado; sucedió hasta en dos ocasiones y con el mismo ‘modus operandi’.

El joven declaraba ante el juez sufrir «episodios de ansiedad» y recordar como un hombre estaba parado frente a él tocándose con los ojos abiertos y con el bañador por los tobillos. Piden para él un año de cárcel, una orden de alejamiento durante cuatro años, tres de libertad vigilada y cinco de inhabilitación especial.

¿PODRÍAN IR A PRISIÓN?

El Delito de exhibicionismo estás regulado en el artículo 185 del Código Penal y establece que «el que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición obscena ante menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de prisión de 6 meses a 1 año o multa de 12 a 24 meses».

Un hombre o mujer que hubiera sido reincidente en actos exhibicionistas y acumulase penas de hasta un año, además de tener antecedentes, podría ingresar en prisión, sin embargo la mayoría de las penas se saldan con compensaciones económicas por el «trastorno psicológico causado».

Casos que parecen aislados pero que se repiten mes a mes en la capital aragonesa. Algunos reincidentes con una u otras personas, otros hechos aislados que abren un capítulo delictivo y que vuelven a la calle con la intención ante el juez de no volver a hacerlo más.