La Navidad ya asoma por toda la ciudad. Luces en las calles, el mercadillo junto con el belén de la plaza del Pilar inaugurado, la gente abarrotando el centro, las cartas a Papa Noel y a los Reyes Magos, planificar las comidas y cenas de Navidad, la gente apurando para comprar la Lotería de Navidad… Al final, esta recta final del año está cargada de tradiciones comunes, aunque luego, en cada familia se viven de una forma diferente.

En estos días hemos hablado con algunos destacados aragoneses para saber qué es la Navidad para ellos; cómo la viven, qué tradiciones mantienen… Y todos tienen algo en común: estos días son para celebrar en familia y con amigos. Y además, el equipo de los Reyes Magos gana por goleada.

Cuando en Zaragoza se piensa en Navidad, seguro que a muchos se les viene a la cabeza el periodista Javi Vázquez. A fin de cuentas, durante años ha contado día a día cómo se montaba el belén de la plaza del Pilar, y además de sentir pasión por los Reyes Magos, es uno de los más estrechos colaboradores zaragozanos de sus majestades.

«La gente que me rodea sabe que me gusta disfrutar de estas fechas, es mi momento favorito del año porque me hace volver a descubrir la vida con esos ojos de niño que todos tenemos, aunque a veces se nos olvida que están ahí» señala Javi Vázquez. Para el periodista, la Navidad es el momento de vivir sin prisa, de tomarse ese café pendiente con los amigos, o el vino, o la tapa, o hacer esa llamada que llevas tiempo queriendo hacer y que hace mucho que no has visto porque vive en otra ciudad…

Entre las tradiciones que mantiene, al periodista y presentador le encanta montar el belén en el puente de la Inmaculada, «y esto es algo que heredé de mi abuela». A Vázquez le gusta tanto la Navidad, que comienza a celebrarla 100 días antes, ya que tiene un contador con el que va descontando los días.

Para que no le pille el toro, el día 1 de diciembre ya se «enfunda» un jersey navideño, y la semana de antes del 25 de diciembre lee siempre la canción de Navidad de Dickens. También le gusta regalar entradas para ir a ver dos clásicos de esta época, El Cascanueces, y Cuento de Navidad. A la hora de celebrar, el periodista pasa la Nochebuena en casa de su tía, junto a su padre, y después, les gusta ir juntos a la tradicional misa del Gallo.

Y por supuesto, para Javi Vázquez la noche de Reyes es la mejor noche de todo el año. «Uno de los momentos que voy a recordar siempre es la primera vez que pude participar en el cortejo de los reyes magos. Y además es que la cabalgata sale de mi cole, el Joaquín Costa. O el privilegio de ejercer de cartero real. Es muy guay ver la cara de los chiquillos. Es mucha responsabilidad esa tarea, sobre todo, cuando los niños no te piden juguetes. Recuerdo una niña que me pidió un trabajo para su padre porque llevaba muchos años en el paro, u otro niño que me dijo que no quería regalos, que quería que no le pegasen más en el colegio. Y es ahí cuando deseas realmente tener ese poder mágico para conceder esos deseos. Me emociono al recordarlo», apuntilla el periodista. Ah! Además, este año puedes seguir en su cuenta de Instagram un calendario de adviento muy especial, donde nos muestra algunas curiosidades de la Navidad recorriendo algunos de los lugares más bonitos de la capital aragonesa.

El arquitecto Sergio Sebastián es otro de los protagonistas de la Navidad zaragozana. No en vano, sus iluminaciones navideñas lucen en varias ciudades españolas (la Gran Vía de Madrid estrena este año una iluminación suya, y en Zaragoza, hay luces diseñadas por este arquitecto en Independencia o la plaza San Felipe).

Y como es normal, dedicándose a iluminar las fiestas, su Navidad es mucho más larga de lo normal. «Mi Navidad empieza en enero, y termina en enero», explica el arquitecto. El motivo es evidente, ya que su estudio está decorado todo el año con muestras de luces, colores, prototipos, diseños.. «no falta el espíritu navideño en la oficina durante todo el año».

Y en casa del herrero, cuchillo de palo. Parece que en la casa de Sergio Sebastián la Navidad pasa de largo a nivel de decoración. «Quizás es tanta la dosis de luces y de formas y diseños, que lo que busco es un rincón en el que retirarme y descansar. No obstante, mi pasión por este periodo es muy elevada, es un periodo altamente emocional, donde además de reencontrarte con la gente, la familia, los amigos, ves cómo todas esas producciones brotan, saltan a la vida y todo se llena de luz. Para mí, la Navidad es un bonito cóctel hecho de muchas cosas, como la reunión, la ilusión, la emoción, la evocación, la digestión, y yo le pondría unas gotas de nostalgia y mucha alegría.».

Además, durante esos días, el arquitecto también viaja a las ciudades donde tiene instalaciones, visita las decoraciones de otros compañeros… y aprovecha para pasar unos días en ciudades como San Sebastián.

María Alfonso, fundadora de la firma zaragozana Paris/64 junto a su marido Chema Pozas, también vive la Navidad intensamente. A nivel personal, y a nivel profesional. «Para nosotros la Navidad es como un torbellino, porque es una época de muchísimo trabajo. Desde Paris 64 ayudamos a cumplir los sueños y deseos gracias a los Reyes Magos y a Papá Noel, somos como sus pajes».

Y a nivel personal, esta es la época favorita del año para esta empresaria. Ya lo era cuando era pequeña, y ahora, con sus hijos, todavía más: «El pequeñito es un bebé y no se entera, pero la mayor que tiene casi 5 años está en un momento que me encanta, está ilusionada, como loca por escribir la carta. Y el segundo que tiene 2 años no se entera mucho todavía, pero a la hora de abrir los regalos se vuelve loco».

A la hora de disfrutar de la Navidad, a María le gusta disfrutarla en familia paseando, viendo a la Virgen del Pilar, tomando chocolate con churros, o pasando unos días en casa de sus padres en el pueblo para desconectar y estar en contacto con la naturaleza. Dentro de la Navidad, la fecha que más le gusta es la noche de Reyes. «Siempre hemos ido hemos ido en familia a ver la cabalgata, y luego pasamos juntos la tarde dejando tiempo a los reyes a pasar por casa para dejar sus regalos. Y la noche del 5, casi llegando a las 12 de la noche, nos reunimos toda la familia en una casa, y allí están los regalos para todos, es un momento muy mágico».

La presentadora Susana Luquin, muy conocida por los televidentes aragoneses, también adora la Navidad, una época que es «sinónimo de amor, de familia, de reuniones, de regalos, de aprovechar el tiempo con los seres queridos, y de pasear mucho y dejarme llevar por el ambiente navideño que tienen las calles».

Para la presentadora, la Navidad es una época de sentimientos encontrados: «Es el momento de reunirnos todos, y cuando te falta un ser querido, como es mi padre, que falleció hace cuatro años, pues es verdad que te invade la tristeza y la nostalgia. Pero hay que seguir adelante y por supuesto que mi padre está presente en el corazón de todos».

Como sucede en tantas familias, Susana tiene una Navidad viajera. Su abuelo era navarro, aunque se crío en el País Vasco, y tiene familia allí. «Normalmente las Nochebuenas nos vamos a San Sebastián mi marido , mi hija mi hermano y yo. Y allí nos juntamos tíos, primos, sobrinos y hacemos una especie de reality en una casa, porque convivimos durante 48 horas , toda la nochebuena y el día de navidad. Cenamos juntos, dormimos juntos, desayunamos juntos, comemos el día de navidad juntos, y es una época muy bonita llena de reencuentros».

Y si la Nochebuena de Susana Luquin tiene acento vasco, la Nochevieja tiene acento aragonés. El fin de año la periodista las pasa en su casa de Zaragoza junto con su otra familia, y también con la de su marido. Y a veces, la pasa en el pueblo, en Encinacorba. «Yo siempre digo que es una estampa típica de Navidad en sí, porque este pueblo es pequeñito, iluminado con esa luz tenue amarillenta… Lo ves a la lo lejos y parece que forma parte de un belén».

Durante la Navidad Susana Luquin aprovecha también para hacer balance de lo bueno y lo malo, «hay que hacer balance, pero de verdad, mirarnos a nosotros mismos sin miedo , ver lo que nos ha hecho feliz ese año, y trabajar en esa línea en el siguiente».

Durante muchos años, a causa de su profesión, la presentadora ha vivido navidades muy ajetreadas de grabaciones, dando incluso las uvas en directo desde la plaza del Pilar, una experiencia que afirma que recomendaría a cualquiera por lo emocionante que es. En estos momentos, Susana puede vivir la Navidad más tranquila y de una forma más íntima, y por eso aprovecha para visitar mercadillos navideños, pasear por la ciudad para disfrutar de las luces, decorar la casa, preparar la carta de los Reyes Magos…

Porque Susana, al igual que la mayor parte de los protagonistas de este artículo, es del equipo de Sus Majestades los Magos de Oriente. «Cuando era pequeña participé en la cabaltgata de Reyes, subida a una carroza. El caso es que yo de pequeño tenía mucho cólicos, y durante la cabalgata le entró un dolor de tripa horrible, y acabé en urgencias». A raíz de ese episodio, la presentadora dejó de ir a la cabalgata hasta que fue madre.

Aún así, Susana cree que el día de Reyes es un día mágico, guardando recuerdos maravillosos cuando los reyes visitaban su dormitorio, sin que ella se enterara de nada. «Cuando me despertaba toda nerviosa muy tempranito y veía todos los regalos… me viene a la cabeza flashes maravillosos. Además, he intentando mantener esa tradición, y en mi casa hago lo mismo. Los reyes magos dejan sus regalos debajo del árbol, y vivo esa noche con la misma ilusión que si tuviera 10 años».

El presentador y productor Nacho Navarro, pasa la Navidad en familia, con sus padres y sus dos tías. Con ellos se reúne en las principales celebraciones. Y el cardo no puede faltar en su mesa. A Nacho, como a tanta gente, la Navidad le genera un poco de melancolía: «Yo vivo en el casco histórico, entonces ves las calles iluminadas el alboroto de la gente…»

Como contrapunto a ese gentío que inunda las calles, para el director de Abismo (uno de los podcast de misterio más escuchados de España) la Navidad también es sinónimo de esquiar. «En esta época están ya las pistas de esquí abiertas, y pienso en subir a nuestro Pirineo mágico y maravilloso para esquiar y desinhibirme de los pequeños problemas que surgen».

Al margen de las celebraciones más tradicionales, este año vienen a casa de Nacho unos amigos desde Barcelona a montar el árbol de Navidad. «He comprado un árbol de 2,50 metros que montaré en el salón, y vienen estos amigos a decorarlo, y a celebrar las fiestas, porque al final, como vivo solo, la navidad la celebro solo, y a veces se puede hacer un poco cuesta arriba»..

Nacho es un gran amante de las vajillas, y de hecho, le encanta invitar a gente a casa para sacar las vajillas que más le gustan: «Me encanta que la gente venga a casa y sacar la vajilla antigua, las que son de Limoges, las que son francesas, las copas antiguas… La decoración de la mesa siempre me ha fascinado, y me parece básico generar ese concepto de mesa, que es tan importante como la comida que vas a servir».

Además, el 3 de enero es el cumpleaños de este craneólogo y divulgador, por lo que la Navidad es una sucesión de regalos sin fin. Y entre regalos y celebraciones, la Navidad de Nacho Navarro está llena de trabajo. «En Navidad me tocará trabajar duro para una serie documental que espero que se estrene pronto, y sin vacaciones y sin días libres. Por supuesto, continuaré con Abismo y con las entrevistas; aunque haya Navidad y parón en el mundo, nosotros no paramos».

La diseñadora de vestidos de novia Martha Peters pasa la fiestas en familia. «Para Nochebuena nos juntamos con mis padres, mis tíos, primos… Además, somos más de celebrar Papá Noel que los Reyes. Ya desde que nosotras éramos niñas a nuestra casa venía Papa Noel. Y ahora con los peques de la familia, pues la verdad es que es una noche muy bonita», nos explica Martha desde su atelier de la calle Zurita de Zaragoza.

La Nochevieja de esta diseñadora también es muy familiar, volviendo a repetir la reunión de su amplia familia. Y aunque Martha es más de Papa Noel, tampoco deja la oportunidad de dejar pasar la fiesta de Reyes, cuando al igual que sucede en miles de hogares aragoneses, ponen turrón y zapatos debajo del árbol de Navidad.