Einstein, Stephen Hawking, Simone de Beauvoir y Marie Curie son nombres que resplandecen en la historia como genios que han dejado una huella imborrable en el desarrollo de la humanidad. Sin embargo, detrás de estos brillantes personajes se esconde una infancia marcada por la incomprensión y la marginalización debido a sus altas capacidades intelectuales.

Aunque hoy en día la educación se adapta más a las necesidades de los niños superdotados, identificar estas capacidades en los primeros años de vida sigue siendo un desafío. Rubén, un pediatra que utiliza TikTok para guiar a los padres, ha compartido nueve señales para reconocer a un niño superdotado.

Desarrollo precoz del lenguaje: La comunicación verbal temprana, con primeras palabras en los primeros meses y conversaciones avanzadas entre los 12-18 meses, puede ser un indicativo.

Adquisición de talentos tempranos: La capacidad de aprender de manera autónoma, ya sea en lectura o cálculos matemáticos, es una señal clara.

Observación y curiosidad: Un niño superdotado mostrará un interés inusual tanto en el mundo que le rodea como en temas abstractos, como la vida y muerte o el universo.

Creatividad: La expresión de grandes dosis de creatividad, fantasía e imaginación durante los juegos es una característica distintiva.

Concentración y lógica: Elevados niveles de concentración en tareas que captan su interés, junto con razonamientos lógicos y soluciones alternativas a problemas, son rasgos comunes.

Numerosos interés y hobbies: Un niño superdotado se destacará por su interés en diversas disciplinas y aficiones, desde la lectura hasta la música, dibujo, pintura, juegos de palabras o deportes.

Intensidad emocional: La hipersensibilidad y reacciones emocionales desproporcionadas son parte del desarrollo de estos niños.

Mucha energía y actividad: Una excesiva energía durante la infancia puede malinterpretarse como TDAH, según el pediatra.

Facilidad de aburrimiento: La capacidad de entender y aprender conceptos fácilmente puede llevar a un aburrimiento rápido en tareas repetitivas, representando un desafío necesario para su desarrollo.

Identificar estas señales tempranas puede ser crucial para proporcionar un entorno educativo que fomente el potencial de estos niños superdotados y les permita contribuir significativamente al avance de la sociedad.