Sergio vive justo al lado de donde sucedió todo. Estaba con su hija de cuatro años cuando vio todo. «Ellos seguían clavándole lo que llevaban sin parar. Hubo un momento en el que les dije que pararan; uno de ellos me miró como desafiante y continuó», repite una y otra vez como si todavía tuviese esa imagen grabada en su cabeza.

Lo cierto es que la tiene. Al igual que muchos otros vecinos, casi más de medio centenar, que se encontraban a las diez de la noche en la calle tomando algo en tres bares a apenas 50 metros del lugar de los hechos, o paseando para combatir los casi 30 grados en una de las noches más calurosas de comienzos de verano.

«Hemos perdido la solidaridad, la empatía y el querer ayudar a los demás», se lamentaba Sergio reconociendo que eran muchos los que lo vieron y nadie el que hizo algo por evitarlo. Una de las primeras patrullas de la Guardia Civil que llegó hasta la calle Manuel Canela Lausín llegó incluso a ver a dos hombres que se metían entre la maleza de las orillas del Jalón, desapareciendo en la oscuridad.

Había que auxiliar al herido y era complicado con tan poca luz y tanto margen y maleza. También lo vieron otros vecinos, que no paraban de mostrar vídeos y fotografías de la víctima, tumbada junto al portal del número seis, en medio de un charco de sangre, con más de un centenar de cortes, sobre todo en brazos, tobillos y piernas. «Estaba completamente desangrado; llegaron a moverlo después y no había gota de sangre. La había perdido toda», replicaba otro vecino, testigo de los hechos.

Fue tal el revuelo que la noticia corrió por toda esta localidad de poco más de tres mil habitantes y hasta allí y a pesar del cordón que estableció la Guardia Civil, se acercaron decenas de curiosos. «Vivían juntos y él estaba siempre faltando… Los que lo hicieron son de La Almunia… Era un ajuste de cuentas por droga…» Hipótesis peregrinas, una por cada testigo presencial y no presencial que se hacía eco de la noticia antes las cámaras de televisión que se acercaban al día siguiente buscando alguna historia fiable.

«SOLO SALE RICLA POR ESTAS COSAS»

Joana venía de preparar las fiestas patronales esa noche; ultimando detalles de la festividad de Santa María Magdalena que empieza este miércoles. «Llegué después y había mucha gente. Es una salvajada y tenemos miedo como es normal», explica.

Las fiestas siguen adelante; el ayuntamiento, a esta hora, no ha dicho lo contrario, pero se percibe una alegría interrumpida. Una carrera hacia la fiesta, una de las más populares de la comarca de Valdejalón, que se ha detenido en seco por unos momentos. «Solo salimos en la tele por estas cosas y aquí hay muchas más y muy buenas», repite Joana, algo que comparten varios vecinos que horas después se agolpan en el lugar del crimen, donde apenas se percibe violencia. Todo esta limpio, como si nada hubiese pasado.

Todavía no saben estos vecinos como celebrarán sus fiestas, como seguirán adelante después de este macabro suceso. La muerte de este joven en una de las calles más frecuentadas del pueblo ha dejado una huella que muchos tardarán en borrar.