Desde 1492 hasta los acuerdos de Madrid en 1975 sobre el Sahara Occidental, la monarquía hispana dejó una amplia huella en diversos territorios, con legados en Jamaica, Cuba y Panamá.

Jamaica

Descubierta por Colón en su segundo viaje, Jamaica mantuvo la soberanía española hasta 1655, cuando fue conquistada por los ingleses. A pesar de los intentos de borrar el pasado hispano, algunas ciudades conservan nombres y ruinas que reflejan la presencia española. Aunque la educación secundaria tiende a calificar a los conquistadores como genocidas, la visión actual del español es amable, influida por cadenas hoteleras y turistas españoles.

Cuba

Descubierta en el primer viaje de Colón, Cuba fue uno de los primeros territorios americanos en unirse a la corona. A diferencia de Jamaica, la influencia hispana en Cuba es innegable, desde la primera red ferroviaria española hasta la Embajada española, que desafió a Castro en el «caso Lojendio». A pesar de discursos «anti-imperialistas», el cubano actual se siente cercano al español y comparte antepasados comunes.

Panamá

Descubierta por Colón en su tercer viaje, Panamá fue el punto de partida de la conquista de Perú. Su proceso de independencia, marcado por la apertura del canal, refleja una relación compleja con Estados Unidos. Aunque existen influencias culturales diversas, la herencia hispana, desde héroes como Balboa hasta la moneda con nombre español, es una fuente de orgullo para los panameños actuales.

A lo largo de estos países, la huella española se manifiesta de maneras diversas, pero persiste como parte integral de su identidad histórica y cultural. En futuras entregas, exploraremos más destinos que comparten este legado común con España.