Con la temporada estival en pleno apogeo, las costas de España son testigos de la llegada de una avalancha de turistas en busca de la deliciosa gastronomía, el clima cálido y las impresionantes vistas de las playas que ofrece nuestro país. Las Islas Baleares, en particular, atraen una gran afluencia, convirtiendo algunas de sus playas más hermosas y aparentemente solitarias en destinos abarrotados.

Esta tendencia preocupa en gran medida a los habitantes de Mallorca, quienes ven cómo cada año los puntos icónicos de la isla se abarrotan, perdiendo parte de su encanto. Ante este panorama, la Coordinadora Anticapitalista de Manacor, identificada como @Caterva_mnc en Twitter, ha emprendido una acción singular para «alejar» a los visitantes extranjeros de las playas: la colocación de carteles que advierten sobre los posibles «riesgos» en las playas.

La iniciativa, respaldada por @Caterva_mnc en su cuenta de Twitter, declara: «Estos días hemos llevado a cabo una acción de denuncia contra la masificación turística en las calas de Manacor. Con un toque de humor, hemos dispuesto diversos carteles que figuran en las imágenes. Desde Cala Morlanda hasta Cala Bota». No obstante, la cuenta también lanza una crítica más profunda: «La usurpación de las calas es solo una expresión más de cómo el capitalismo aprovecha el turismo llevándolo al extremo, agotando gratuitamente los recursos naturales y explotando al máximo a los trabajadores. Si desean utilizar las imágenes o imprimir carteles, solo deben solicitarlos y se los proporcionarán en alta calidad. ¡La lucha continúa!»

Los carteles en cuestión advierten sobre diversos peligros: presencia de medusas, posibilidad de desprendimiento de rocas, contaminación del agua, cierre de la playa e incluso sugieren que llegar a la costa implica un trayecto a pie de casi tres horas.

Las imágenes de esta acción no tardaron en generar controversia en las redes, acumulando cerca de 100.000 reproducciones y diversos comentarios. Los puntos de vista oscilan desde el apoyo a la iniciativa como crítica a la masificación de las playas, hasta aquellos que subrayan que la economía de la isla depende del turismo. Los comentarios más destacados incluyen afirmaciones como «El humor inteligente siempre es el más revolucionario», «Una medida impactante», «Controlar el aforo es crucial para combatir la masificación», y opiniones contrapuestas como «Una pérdida de tiempo y dinero, no tiene gracia ni ingenio. Un esfuerzo inútil que solo los deja en ridículo». La controversia sigue en aumento, reflejando las complejas dinámicas entre el turismo y la sostenibilidad en destinos populares como Mallorca.