Escoger el Pirineo como destino vacacional en cualquier época del año y, por supuesto, en verano, siempre es una buena elección. Se puede ir de camping, a un hotel, a una casa rural o también hay afortunados que disponen de una segunda residencia en la cordillera aragonesa. Otra de las opciones es alojarse en una antigua borda para conectar con la naturaleza y vivir en primera persona la tradición ganadera pirenaica.

En la Pardina de Ayés, a pocos kilómetros de Sabiñánigo, está La Borda de Pastores, un proyecto de ovino-turismo promovido por Pastores Grupo Cooperativo, principal productor y comercializador del Ternasco de Aragón. El objetivo principal del proyecto es avanzar en la divulgación de la importancia del ovino para la sostenibilidad natural y rural en el entorno.

Las bordas como ésta son edificaciones de alta montaña que antiguamente se empleaban como resguardo para el ganado y para los pastores. Con el tiempo, muchas quedaron en desuso pero otras se han rehabilitado y orientado a nuevos fines turísticos. Es el caso de la Borda de Pastores, que consta de una casa con cinco alojamientos familiares con cocina y una habitación doble. Además, hay un museo audiovisual y etnográfico de la gestión de la pardina y el ovino en el Pirineo, así como un restaurante en la casa para alojados y pequeños grupos y una amplia terraza barbacoa en el exterior con vistas al valle y a la Peña Oroel. El complejo lo completan varios espacios comunes y para la celebración de actividades, como una ermita, un aula de formación o un horno de leña con comedor privado.

UN ENTORNO DE EXCEPCIÓN

Si la borda en sí tiene todos los atractivos necesarios para escoger éste como destino vacacional, su ubicación es un plus. La Pardina de Ayés está en un valle casi sin habitar que va desde la autovía hasta la Peña Oroel, cuya cara Este, la más desconocida, preside el skyline de la finca. La pardina es una gran extensión de terreno de cultivo y monte bajo que pastorea el rebaño de ovejas de raza Rasa Aragonesa, aprovechando y limpiando el medio, para una alimentación natural adecuada de las ovejas y para prevenir posibles incendios. Sus habitantes se han dedicado a la agricultura y a la ganadería desde que fue construida, en el siglo XIX, por unos monjes provenientes de Canfranc. Actualmente, son Hugo y Miriam quienes viven allí y atienden los diferentes servicios hosteleros y turísticos.

Alojarse en La Borda de Pastores es hacerlo en un entorno único, rodeado de naturaleza y alejado de los núcleos urbanos pero a diez minutos en coche de la autovía y de Sabiñánigo. Además, en el entorno se pueden realizar numerosas actividades de senderismo y otras opciones de turismo activo.

¿Y qué sería de unas vacaciones sin que la gastronomía acompañara? Viajar también es comer y disfrutar de los productos de la tierra. En La Borda de Pastores la especialidad es el Ternasco de Aragón, que se puede degustar por encargo al horno o la brasa, en diferentes cortes, como las chuletillas, las chuletas de pierna o los churrasquitos. La borda también ofrece cenas y desayunos slow a los alojados, que así lo demandan.

Además de su atractivo como destino vacacional de verano, en La Borda de Pastores se realizan actividades durante todo el año, como eventos personalizados. Por otro lado, se organizan las experiencias Mundo Pastores y también se ofrecen rutas en el Bus del Ternasco de Aragón, para colegios y familias principalmente, con diferentes fechas que se van comunicando. En éstas se conoce el proceso de producción del Ternasco de Aragón, se puede dar un paseo con el rebaño, visitar y abrazar el roble centenario, emocionarse en el Museo del Ovino y disfrutar de una comida pastoril con migas y Ternasco de Aragón a la brasa.

Si todavía no tenías pensado un destino para estas vacaciones, en La Borda de Pastores todavía quedan habitaciones disponibles para este verano. Más información y reservas en www.labordadepastores.com y en el teléfono 650 970 377.